Semana Santa

El arte de la oración cantada

  • Córdoba se ha convertido con los años en una importante cuna de saeteros

La Escuela de Saetas de Córdoba ofrece una exaltación junto al Cristo de los Faroles.

La Escuela de Saetas de Córdoba ofrece una exaltación junto al Cristo de los Faroles. / juan ayala

La saeta y la Semana Santa están ligadas desde hace muchos años. Es imposible imaginarlas la una sin la otra. En Semana Santa, los saeteros ponen voz con sentimiento a las emociones que expresan las imágenes. Córdoba es afortunada al contar con una potente cultura saetera que, año tras año, transmite como legado a jóvenes y no tan jóvenes y aquellos que escogen la provincia como destino en estas fechas.

Después de muchos años en Madrid, Sevilla y Sudamérica, Trinidad Moreno, cantante conocida como La Trini, regresó a Córdoba, donde inició su camino saetero con sólo 16 años. Cuenta que además de cantar, le gustaba escuchar a Antonio de Canillas y que su familiar Antonio Alcaide le despertó el interés por entonar saetas, que eran "de improvisar" y "no estaban sujetas a un ritmo".

Cerca de 30 alumnos aprenden el tradicional canto en la Escuela de Saetas de Córdoba

Para la artista, la saeta es una tradición y una forma de expresión. A su juicio, no es "una manera individual de orar". La Trini reconoce que cuando canta expresa su "forma de espiritualidad propia", motivo por el que las saetas están tan unidas a la Semana Santa. "Es un canto realmente espontáneo, es una devoción", sostiene.

La cantante explica que muchos jóvenes se forman en esta música, pero "no se debe olvidar que la saeta es popular y hay que estar sujetos al corazón", insiste. Defiende también la tradición saetera "por ser una de las grandes maravillas de mi tierra: Es un sentir y una creencia". Además considera que las personas más jóvenes deben tener más información al respecto, "ya que hay que mantener y presenciar este tipo de música" y ahondar en la información porque "se está perdiendo la magia, la sensibilidad". Destaca también que "esto es arte puro, se canta a pelo, sin apoyo, solamente tú". La Trini, además, recuerda como referentes a María La Talegona, la personalidad de El Pele en sus saetas y a Mercedes Cuberas.

Algunos quieren aprender este canto y otros deciden perfeccionarlo. Por este motivo, Francisco Castellón decidió fundar la Escuela de Saetas de Córdoba hace casi 20 años, "para transmitir el arte" de ese rezo cantado. La esposa de este saetero cordobés, Pilar Expósito, recuerda como si hubiera ocurrido ayer cómo, durante una Semana Santa, en un balcón de la antigua carrera oficial, animaba a su marido a crear esta escuela. "¿Si hay una de flamenco, ¿por qué no una escuela de saetas también?". Cerca de 30 alumnos al año mejoran sus dotes artísticas en sus instalaciones del colegio de los Salesianos.

La saetera Rosario Córdoba lleva junto a Castellón desde la apertura de la escuela, primero como alumna y ahora como profesora. Córdoba comenzó cantando copla, pero ella siempre quiso cantar saetas. Finalmente lo consiguió, y ya son más de 21 años haciéndolo. Explica que los alumnos tienen perfiles muy diferentes y detalla que "hay quienes no saben cantar y quienes saben un poquito de flamenco", pero deja claro que "lo principal es participar con muchas ganas". También, destaca que ser saetero es "una cosa con la que tienes que nacer".

La profesora destaca que hay "una verdadera afición" por las saetas y advierte de que es una tradición que "se está perdiendo; antes se escuchaban más".

Otra profesora de canto, además de cantante, es Inmaculada Mellado, conocida como Inma de la Vega. Con 13 años ya estaba sobre los escenarios y comenzó con las saetas. "No sabía lo que decía, pero tenía claro que seguiría cantando y formaría parte de mi vida", confiesa. En este tiempo, ha compartido escenario con artistas como Terremoto hijo, Curro de Utrera y Juanito Valderrama, entre otros. Explica que "la saeta es un sentimiento, una oración" y que es esencial porque "no tiene la misma emoción cantar ante una imagen que ante el público". A pesar de llevar cantando casi 20 años, dice que tiene que aprender más. Como profesora explica que "la educación cultural es nuestro sello de identidad" y le llena de satisfacción despertar el interés y la implicación de los más jóvenes.

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