Tristeza y resignación en Santiago

Penas de Santiago

La hermandad de la parroquia de Agustín Moreno suspende su estación de penitencia ante las inclemencias meteorológicas

El Cristo de las Penas de Santiago y María Santísima de la Concepción, en su templo.
El Cristo de las Penas de Santiago y María Santísima de la Concepción, en su templo.
Noelia Santos

21 de marzo 2016 - 01:00

MALA suerte. Estas dos palabras resonaron ayer en las inmediaciones de Agustín Moreno más de una vez. Y es que el cielo, que parecía que iba a dar una tregua, al momento volvía a descargar con lluvia. La obligatoriedad de tener que salir media hora más tarde y el hecho de ceñirse a ese horario para que las hermandades no se solaparan hizo que todas las cofradías de la tarde del Domingo de Ramos, a excepción de El Huerto, tuvieran que quedarse en sus templos.

A pesar de que el cielo anunciaba lluvia, los cofrades no se desanimaron y desde mucho antes ya comenzaron a llegar a los aledaños de la parroquia de Santiago Apóstol. Tras la media hora de cortesía, la cofradía tomó la valiente decisión de no exponer a sus titulares, algo que después saldría a cuenta, pues cayó algún que otro chaparrón. Nazarenos, costaleros e integrantes de las agrupaciones musicales que acompañan al Santísimo Cristo de las Penas y María Santísima de la Concepción llegaron a Santiago tras conocer que El Amor había tenido que regresar a su templo por la lluvia.

A las 17:15 ya comenzó a difundirse la noticia de que finalmente Las Penas se quedaría en casa y que habría que esperar al año que viene para poder disfrutar de sus titulares. La hermandad hizo así honor a su nombre y los llantos no se hicieron esperar. Una marea de nazarenos de colores negro y burdeos inundó la parroquia de Santiago donde la agrupaciones musicales Santa Marta y Sagrada Cena de León y Nuestra Señora del Sol (Sevilla) interpretaron varias marchas para los sagrados titulares.

Cuando las puertas de la iglesia se abrieron al público, parecía que nadie se había movido de su sitio. Una larga cola de devotos se extendía a lo largo de Agustín Moreno para rezar ante Jesús y su Madre y ante la mirada atenta de María Santísima de la Soledad, que saldrá en procesión, si el tiempo lo permite, el próximo Viernes Santo.

Córdoba se quedó así sin ver la talla del Santísimo Cristo de las Penas, una imagen que sobrecoge por lo diferente que es del resto y que data del siglo XIII. Quizá por esta razón predominó la sangre fría a la hora de tomar la decisión de acometer o no la salida procesional, ante la necesidad de conservar un patrimonio artístico de este tipo.

Hasta las 23:30 estuvo Santiago abierta para recibir a los cientos de cordobeses y turistas que mostraron ayer sus ganas de Semana Santa. "Si no salen, vamos a verlas a las iglesias", se escuchaba una y otra vez en las inmediaciones de San Pedro. Un día triste para Las Penas que ya piensa en el año que viene para hacer lucir su devoción.

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