Semana Santa

Semana Santa: Almería, volcada con el Encuentro

Momento del Encuentro

A las ocho y media de la tarde, la Plaza Circular (Emilio Pérez) es un hervidero de gente. El final del Paseo y de la Rambla, están igualmente abarrotadas. Desde la Iglesia Parroquial de San Antonio de Padua vienen los tres titulares con sus ciento veinte nazarenos con túnica morada de sarga con capa, peto y capirote morados con escudo de la corporación en la parte central del pecho. El cortejo procesional camina junto, hasta que llegan a la Carretera de Ronda. En este punto, se separan un breve tramo.

El gentío recibe con expectación a la Santa Mujer Verónica. La imagen nos muestra a la Verónica con el rostro de Jesús reflejado en el paño. Conmueve la sencillez de la estampa, la dulzura reflejada en su rostro. Las portadoras están impresionantes bailando el trono al son de los bellos acordes de la Unión musical Gratanensis (Granada). Su capataz Verónica Idáñez Martínez, debe estar muy orgullosa del grupo de mujeres de trono que han hecho realidad sus respectivos sueños.

Después llega María Santísima de la Amargura con su vestido rojo y el manto azul. Los costaleros bailan con elegancia a nuestra Madre, guiados por María Belén García Suárez y con el acompañamiento musical de Banda municipal de Música de Alquife, Huéneja y Lenteira (Granada).

Y, por último, Nuestro Padre Jesús Nazareno se acerca con paso firme y seguro. Es Jesús con la cruz a cuestas, con una túnica morada bordada, que gracias a su capataz Francisco Javier Vargas Ramírez y a los costaleros, nos hacen vivirlo como si fuera una realidad. Las notas musicales de la Agrupación musical Nuestra Señora del Mar (Huércal de Almería) crean un clima de recogimiento y religiosidad.

Los cientos de personas que se hallan en las proximidades viven con devoción el Encuentro de los tres Titulares. El baile armonioso entre ellos, los giros sobre sí mismos, para contemplarse cara a cara, la unión de nuestra tradición religiosa con nuestros sentimientos. El silencio ha ocupado todo el espacio, cuando se han cantado las dos saetas. Ya era secundario, si la visibilidad no era buena e impedía ver en todo su esplendor a alguno de los Titulares. Daba igual si un semáforo, o una señal de tráfico, o las personas altas que se encontraban delante nos impedían ver con claridad. Lo importante era el sonido que nos envolvía, ya que, gracias a los altavoces, todos éramos capaces de escuchar con nitidez. Ha sido un momento para el recuerdo en la memoria colectiva de los almerienses. Después ha sonado, emocionante, el himno de España.

Y como las ganas de vivir con intensidad nuestra Semana Santa, que hasta ha sido declarada de Interés Turístico Nacional, no tiene fin esta magnífica noche de Jueves Santo, los grupos de jóvenes, las familias con o sin niños han redirigido sus pasos, para ver de nuevo la Procesión, tras el Encuentro. Para disfrutar más de cerca de todos los detalles. Esa proximidad de los tronos nos permite emocionarnos con la mirada que nos devuelven la Verónica, la Virgen de la Amargura o nuestro Padre Jesús Nazareno.

En la noche de ayer se volvió a contar con la climatología favorable de nuestra ciudad. Ni lluvia, ni ráfagas de viento, ni frío gélido. Almería volvió a disfrutar del clima en sus procesiones.

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