Semana Santa

Rojo cofrade en San Andrés

  • Una multidud espera la salida de los titulares de la hermandad del Realejo

INTENTAR llegar hasta San Andrés un Martes Santo es un reto, bastante complicado, para muchos. Hasta el Realejo es más que difícil acceder en una tarde como la de ayer y, menos aún, encontrar un hueco en las atestadas aceras de la calle San Pablo e, incluso de sus alrededores, para disfrutar de la procesión. Familias, jóvenes, niños, abuelos... Una multitud. Aún así, hay quien lo intenta, una y otra vez, hasta que encuentra el lugar que considera menos incómodo o más idóneo sin pensar en el que estaba antes o que va generar alguna que otra controversia. Pero es Semana Santa. Es Martes Santo. Sale la hermandad del Buen Suceso, la misma que llena de oro y rojo su barrio cada Semana Santa.

Pocos minutos antes de que comience la estación de penitencia del Buen Suceso -cofradía fundada allá por 1973-, dos jóvenes se sientan en el bordillo de la acera y muestran su satisfacción por haber llegado a tiempo y cargar con varias bolsas de pipas, que sirven para matar el tiempo. "Vengo todos los años y después nos vamos a ver la hermandad de la Sangre", apunta una de ellas. El tiempo pasa y, por momentos, la bulla crece y crece sin que nadie pueda darse cuenta, hasta que se acaba arrinconado en un hueco por el que se puede comprobar la devoción que en el barrio de San Andrés se tiene hacia esta cofradía. Es la Agrupación Musical Cristo de Gracia la que pone en alerta al gentío con su llegada musical, apenas diez minutos antes de que el cortejo comience a salir del templo.

El tiempo pasa ahora con más lentitud de la esperada por los cientos de jóvenes y adolescentes, que ansían ya ver la estampa cofrade. Y justo, sin aviso, llega el fiscal de horas. Ya queda menos para que comience el camino hacia el Gólgota, donde será Cristo crucificado. La puerta del templo se abre y los primeros cirios amarillo tiniebla comienzan a abrir paso al Señor del Buen Suceso. El gentío cambia ahora la expresión, los comentarios son más altos. Hay nervios. Hay nervios y muchas ganas de ver el paso de misterio del encuentro de Jesús en la calle de la Amargura. En un principio, se pide silencio, en segundos San Andrés se llena de aplausos. El Buen Suceso, ya está en la calle y un grupo de adolescentes grita hacia los costaleros del paso a escasos centímetros de distancia. Debió ser un aviso estudiado y previsto en toda regla, ya que desde dentro del paso respondieron con fuerza. El murmullo se detiene para escuchar a la agrupación musical que entona La saeta. Más aplausos. El paso de misterio ya casi corona San Pablo y los costaleros lo mecen, lo bailan, a su ritmo. Un lujo. Equilibrio audaz entre fuerza y música.

Es el momento de la Dolorosa bajo palio. De nuevo silencio, es la Virgen la que llega. Y el silencio se rompe con los aplausos y con los primeros pasos de los costaleros. s

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios