Las Palmeras

La Piedad que llega a todos los rincones

  • La cofradía de Las Palmeras estrenó ayer una cuadrilla de hermanas costaleras

Cada tarde del Martes Santo hay una cita ineludible en la barriada de Las Palmeras, donde desde hace años hay una procesión singular. Esta hermandad que hace estación de penitencia con el Cristo de la Piedad y la Virgen de Vida, Dulzura y Esperanza Nuestra que recorre las calles de varios barrios de poniente con un nutrido acompañamiento. La imagen del Crucificado es de autor desconocido, pero este hecho poco importa cuando es la que preside la parroquia de San Antonio María Claret y a la que los vecinos rezan a diario. La imagen mariana, en cambio, es una talla del siglo XIX que ha sido cedida por los claretianos, al igual que el paso, que es el antiguo del Inmaculado Corazón de María.

Esta hermandad del Cristo de la Piedad, que ayer estrenó una cuadrilla de hermanas costaleras, se ha encargado de articular socialmente a las Palmeras, puesto que no sólo ha sido el origen de un taller de costura, sino que también formó una escuela taller que, entre otros trabajo, restauró su propio paso. De este modo, muchos vecinos de Las Palmeras están implicados en una actividad que ayer tuvo su día grande. A esta estación de penitencia acudió una buena representación municipal, como es habitual en los últimos años, aunque en este caso fueron muy numerosos los representantes del grupo municipal de Izquierda Unida.

El paso del Cristo de la Piedad, realizado en madera de caoba con cartelas doradas, iba adornado con un friso de iris morado. La Virgen, por su parte, lucía un manto de brocado verde con hilos de oro y plata.

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