Provincia

Palomas que simbolizan la paz y el amor en Puente Genil

  • Miles de personas se congregaron por la tarde en las inmediaciones de la plaza de San José para disfrutar del desfile

Puente Genil volvió ayer a dar un multitudinario recibimiento a los dos pasos de la antigua Cofradía Sacramental de la Sagrada Cena de Jesús y Nuestra Señora del Amor. Miles de personas se congregaron por la tarde en las inmediaciones de la plaza de San José para disfrutar del desfile. Antes de la salida de cada paso se produjo la tradicional suelta de palomas, que simboliza la paz y el amor en el mundo. El paso de misterio, calzado por 54 costaleros, representa el momento en que Jesús instituye la eucaristía. Una escuadra de romanos de la corporación bíblica de Los Testigos Falsos acompañó a ese paso desde la salida hasta la calle Adriana Morales. Mientras, la Virgen del Amor, portada por 30 costaleros, lució su nuevo techo de palio, que ya estrenó en su salida procesional extraordinaria del pasado 31 de mayo con motivo del 25 aniversario refundacional de la cofradía. Ese techo de palio, que es de estilo rococó, ha sido bordado por las hermanas de la corporación bíblica El Juicio de Salomón, que lo han donado. El diseño y la dirección de los bordados son del artista local Plácido Pérez. Tanto la imagen del Jesús de la Sagrada Cena como la de la Virgen del Amor son obras del imaginero sevillano Antonio Dubé de Luque. Ayer, el Señor lució túnica de terciopelo blanco con mantolín granate, aunque posee otra túnica de color granate, con las que se va vistiendo alternativamente año a año. Un Lunes Santo más, la Agrupación Musical de Nuestra Señora de la Victoria de Arahal (Sevilla) asistió a la Sagrada Cena, mientras que la Agrupación Musical Utrerana (Sevilla) estuvo al lado de la Virgen. Además de en la salida, otros momentos del recorrido en los que acompañó mucho público fueron la revirá entre las calles Adriana Morales y Veracruz y la subida por Antonio Baena. / M. Á. Costa

Montilla

A las 22:00 partió de la iglesia de San Agustín la estación de penitencia del Santísimo Cristo del Perdón -perteneciente a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores-, acompañada por la Agrupación Musical Ecijana Amueci -de la localidad sevillana que le da nombre- y por unos 300 nazarenos. La talla del crucificado, concebida escultóricamente para ser vista desde abajo, es obra del artista montillano Cristóbal de Guadix -data de 1703-. La historia cuenta de ella que estuvo cedida durante varios decenios del siglo XX en la parroquia de San Sebastián formando parte del Vía Crucis de la entonces recién creada Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia hasta que esta cofradía contase con nueva imagen titular. Fue entonces cuando, tras una concienzuda restauración acometida entre 1991 y 1992 por Antonio Herrador y Rafael Castro, se vino a colmar de sentimiento el vacío existente en el Lunes Santo montillano, debido, entre otros aspectos, a la maestría con la que sus cargadoras, bajo las órdenes de la capataz Mari Paz Márquez, portan al Santísimo Cristo del Perdón y por el recuperado grupo de tambores roncos que desde el pasado año vuelven a deleitar al público asistente congregado en torno a su paso. El entusiasmo, la ilusión y ganas de trabajar de su Junta de Gobierno quedan patentes año tras año, como ocurrirá en el día más grande para la hermandad, el Viernes Santo, cuando se admire a la Madre de Dios con su nueva y espectacular corona, bendecida e impuesta el pasado 29 de marzo. / benjamín portero.

Priego de Córdoba

La explanada de la ermita de El Calvario fue el escenario de la salida en procesión de la Cofradía de María Santísima de los Dolores y Cristo de la Buena Muerte. Alrededor de 700 penitentes, ataviados con túnica negra y cubrerrostro morado, iniciaron el recorrido por las Vereíllas de El Calvario. Tras la salida del Cristo, portado de forma especial por tan sólo ocho costaleros y flanqueado por cuatro antorchas al toque de las fanfarrias, tuvo lugar la de la Virgen acompañada por la Banda de la Escuela Municipal de Música de Priego. La procesión concluyó con la llegada a la parroquia de la Asunción, donde los pasos permanecerán unos días, ya que esta hermandad realiza en la madrugada del Viernes Santo una nueva estación de penitencia de vuelta a El Calvario, la denominada Vía Sacra. / L. Serrano

la rambla

Jesús orando en el huerto, acompañado del ángel confortador, fue el centro de atención ayer de los fieles rambleños. Este año, la joven hermandad -nacida en 1997- estrenó la reestructuración de los faldones y respiraderos del paso de Jesús. Otras novedades fueron los escudos bordados para las capas de los hermanos nazarenos y una cruz de guía restaurada por el artista local Pedro Ramírez. Las dimensiones del trono dificultaron la salida del paso de El Huerto de la parroquia de La Asunción. Sus 35 costaleros debieron hacer verdaderos malabares para ello. / g. Páez

lucena

Las calles de Lucena se llenaron ayer de personas a la búsqueda de la única cofradía que hizo estación de penitencia, la Franciscana de Pasión, que a las 20:00 en punto comenzó su recorrido desde el convento también franciscano de la Madre de Dios. Tras la cruz de guía, los nazarenos y la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Preso de Nueva Carteya asomaron a un repleto de personal Llanete de los Frailes. Lo hicieron acompañando a Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli, seguido de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, la Santísima Virgen de las Angustias y María Santísima de la Pasión y Ánimas. Y cerrando el cortejo, la Sociedad Didáctico Musical Banda de Música de Lucena, que interpretó durante las más de cinco horas de recorrido marchas como Ecce Homo, obra que el maestro lucentino Fernando Chicano escribió a Jesús de Medinaceli. Los 106 santeros que recorrieron ayer las calles de la ciudad terminaron el desfile procesional en torno a la una de la madrugada. / Clara R. Baum

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