En Pozoblanco, el Lunes Santo ha podido celebrarse sin contratiempos a pesar de las lluvias que tanto por la mañana como por la tarde se registraron. Pocos minutos antes de la salida de la estación de penitencia de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Silencio Amarrado a la Columna y María Santísima de la Salud, su presidente, Victor Vázquez, anunciaba entre aplausos que los titulares iban a salir a la calle.

Una de los momentos más singulares y espectaculares de la Semana Santa pozoalbense es la salida de la ermita de San Gregorio de Jesús del Silencio, talla a la que hay que retirar las potencias para cruzar el arco de salida, mientras los costaleros deben sacar el paso en rodillas e inclinados para salvar la escasa altura de la puerta principal de la ermita.

A María Santísima de la Salud también se le debe retirar la corona en la salida, pero una vez cruzada la puerta, el blanco y el granate dominan la noche en el barrio de San Gregorio, donde cientos de hermanos nazarenos acompañan a los titulares de la cofradía en su estación de penitencia.

La procesión del Lunes Santo ofrece dos puntos de interés para verla en su recorrido, en un primer momento a su paso por el interior de la Parroquia de Santa Catalina, y tras pasar por la Carrera Oficial la subida por la escalinata del Risquillo, donde la estrechez y el desnivel hacen de este un momento de máxima tensión y digno de ver el esfuerzo de las cuadrillas mixtas de costaleros y costaleras de ambos titulares.

En el recorrido, Nuestro Padre Jesús del Silencio Amarrado a la Columna va acompañado musicalmente por la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Victoria de Arahal, mientras que María Santísima de la Salud ha contado con la música de la Banda Municipal de Pozoblanco.