Semana Santa 2024

Lunes Santo en Córdoba: Una jornada de grandes contrastes

El Señor de la Sentencia, tras su salida de su casa de hermandad. El Señor de la Sentencia, tras su salida de su casa de hermandad.

El Señor de la Sentencia, tras su salida de su casa de hermandad. / Miguel Ángel Salas

El Lunes Santo de este 2024 será recordado por los contrastes de una jornada que arrancó torcida por las suspensiones de las estaciones de penitencia por las calles de la ciudad de la Merced y de la Estrella, a la que posteriormente se sumó también la del Remedio de Ánimas. La lluvia no cesaba hasta que un hilo de esperanza llegó a la casa de la hermandad de la Sentencia. La mejoría del tiempo era cuestión de minutos y la cofradía se puso en la calle, como también lo hizo poco después el Vía Crucis.

De la intimidad de los templos y la devoción a los titulares de las corporaciones que suspendieron sus estaciones de penitencia a la luz, bulla y silencio de las que sí arriesgaron en un Lunes Santo que, al contrario que en la jornada del Domingo de Ramos, arrancó gris y con una lluvia que no cesaba y que invitaba a ser cautos en todo momento.

No era la hora establecida para que la hermandad de la Merced iniciase su estación de penitencia cuando la cofradía informó a través de sus redes sociales que suspendía su estación de penitencia. Llovía en Córdoba y la decisión era bien clara por una corporación que hace apenas dos años ya sufrió la inestabilidad meteorológica cuando regresaba a su sede canónica.

En San Antonio de Padua aguardaban fieles y devotos para poder rezar ante Nuestro Padre Jesús de la Coronación de Espinas y María Santísima de la Merced. Lo hicieron tras hacerlo previamente los hermanos de una corporación que horas antes recibió la visita de las autoridades municipales y también de la Agrupación de Hermandades.

El Señor de la Coronación lucía en un paso procesional que contó con un exorno floral compuesto por orquídeas vanda, rosa azul, iris morado, paniculata, eryngium y verónica morada. Junto al Rey del Zumbacón estaba la Virgen de la Merced en su palio, que contaba con una rica variedad floral: alhelí, rosa blanca, rosa crema, rosa de pitiminí, flor de cera, astrantia, fresias, pittosporino.

Fieles y devotos rezan ante los titulares de la Merced. Fieles y devotos rezan ante los titulares de la Merced.

Fieles y devotos rezan ante los titulares de la Merced. / Juan Ayala

Hubo lágrimas en San Antonio de Padua, aunque como indicó su hermano mayor Pablo Jiménez: "La decisión fue duda y fácil porque no paraba de llover y los partes nos indicaban que lo haría hasta las 20:00". Cero dudas para una cofradía que se quedó en su templo y no pudo recorrer las calles de la ciudad para hacer su estación de penitencia hasta la Santa Iglesia Catedral. Eso sí, recibió el cariño de fieles y devotos y de cofradías que acudieron a realizar su ofrenda floral ante el Señor de la Coronación y la Virgen de la Merced.

Tampoco hubo dudas en la hermandad de la Estrella para tomar su decisión. Antes de la hora también prevista, la cofradía de la Huerta de la Reina confirmó que suspendían su estación de penitencia. A partir de ahí, los hermanos de esta corporación tuvieron su momento de gran intimidad con sus titulares, Nuestro Padre Jesús de la Redención y María Santísima de la Estrella, ambos imponentes en sus respectivos pasos procesionales.

José María Ledo, el hermano mayor de la Estrella, apuntó que "el día estaba complicado desde primera hora y había pocas posibilidades". Además, reconoció que "a la hora de la salida, llovía y había poco que pensar". "Ellos (por los titulares) lo quisieron así este año", indicó. Tras una ofrenda musical en la parroquia de San Fernando por parte de las bandas que acompañan al Señor de la Redención y la Virgen de la Estrella, las puertas del templo del barrio de la Huerta de la Reina se abrieron para que fieles y devotos pudieran venerar unas imágenes que contaron también con la ofrenda floral de la Policía Local, muy unida a la corporación de la Huerta de la Reina.

También hubo tiempo en la parroquia de San Fernando para una petición de mano de dos hermanos de esta corporación: "Que nos guie y nos acompañe para siempre". Fue un sí rotundo y emocionado. Todo ello ante la mirada cómplice de la Virgen de la Estrella, testigo de este futuro enlace matrimonial.

Los titulares de la Estrella, en el interior de San Fernando. Los titulares de la Estrella, en el interior de San Fernando.

Los titulares de la Estrella, en el interior de San Fernando. / Miguel Ángel Salas

Aunque la lluvia no cesaba, un halo de esperanza se abrió en la casa de hermandad de la Sentencia. Hubo cabildo de aguas y una prórroga de media hora para tomar la mejor decisión posible. Los partes meteorológicos daban una tregua y la cofradía no dudó en ponerse en la calle, aunque fuese una hora después de la inicialmente prevista. Hubo aplausos de los presentes en el Pasaje Saravia. La Centuria Macarena cogió posiciones para poner sus sones a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia.

Y llegó el momento para la historia cuando la casa de hermandad abrió su puerta y la cruz de guía se puso en la calle. La Sentencia dejó atrás el atrio de San Nicolás para abrir así una nueva etapa. Y lo hizo siendo valiente tras un día oscuro que se tornó con los aires que les dio una corporación que abrió así este Lunes Santo de contrastes.

Sonó con fuerza Réquiem para la salida del Señor de la Sentencia en un giro ya para el recuerdo de una hermandad que daba luz a un negro Lunes Santo. Con paso firme y decidido, la cofradía avanzaba hacia la Santa Iglesia Catedral en un novedoso recorrido. En La Compañía, no faltó la marcha Híspalis para el titular de esta cofradía, que contaba con el apoyo de numerosos fieles y devotos que no quisieron perderse la estación de penitencia de la Sentencia. Metros más atrás, caminaba la Virgen de Gracia y Amparo, con un palio que brilló con luz propia en este segundo día de la Semana de Pasión.

Hermanos de Ánimas en San Lorenzo. Hermanos de Ánimas en San Lorenzo.

Hermanos de Ánimas en San Lorenzo. / Juan Ayala

"Por los hermanos de la Sentencia que están en el cielo", apuntó Luis Miguel Carrión Curro en la primera levantá del paso de palio de María Santísima de Gracia y Amparo antes de iniciar el giro de salida de la casa de hermandad en el Pasaje Saravia.

Sin olvidar tampoco el toque cordobés que le dio la banda de Nuestra Señora del Águila de Alcalá de Guadaira, al interpretar la marcha Virgen de las Angustias de Enrique Báez, a la entrada de María Santísima de Gracia y Amparo en la carrera oficial.

La luz que puso Sentencia con su salida procesional se tiñó de tinieblas con la suspensión de la estación de penitencia del Remedio de Ánimas. La iglesia de San Lorenzo abrió su puerta a las 20:00 para que los fieles y devotos pudieran venerar a sus titulares, el Cristo del Remedio de Ánimas y Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas, imponente bajo su baldaquino. Oscuridad en el templo fernandino en el que los rezos se multiplicaban, con un sello clásico y muy característico. Las nubes de incienso se hacían notar también en el interior de la sede canónica de una hermandad que no arriesgó para hacer su estación de penitencia, un hecho ya esperado por muchos cofrades de la ciudad pese a que los partes meteorológicos daban esa tregua que sí aprovecharon Sentencia y Vía Crucis.

Media hora más tarde del horario previsto, la Trinidad abrió su puerta. Silencio roto por los tambores enlutados de una cofradía muy característica de la Semana Santa cordobesa, ya que es la única que porta a su titular, el Cristo de la Salud, a hombros. También porque tiene un sello propio. El rezo de las estaciones del vía crucis se realiza por las calles de la ciudad, un hecho singular para una corporación que recorre las estrecheces de la Judería cordobesa, donde las saetas y los cánticos se multiplican al Crucificado de una corporación que avanzó con paso firme hasta llegar a la Santa Iglesia Catedral.

El Cristo de la Salud, en la puerta de la Trinidad. El Cristo de la Salud, en la puerta de la Trinidad.

El Cristo de la Salud, en la puerta de la Trinidad. / Miguel Ángel Salas

De la bulla que acompañaba a la Sentencia al silencio roto por los tambores enlutados del Vía Crucis, los contrastes de un Lunes Santo en el que la lluvia, como ya sucedió el Domingo de Ramos, hizo acto de presencia e impidió que tres de las cinco hermandades hiciesen su estación de penitencia. Sin embargo, los cofrades se echaron de nuevo a la calle para acompañar en sus templos a las corporaciones que no salieron y para disfrutar también de las que arriesgaron y brindaron un día de luz y esperanza en una jornada de grandes diferencias.

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