Lágrimas blancas de desaliento
Antes las malas previsiones del tiempo, la hermandad decide no salir a la calle
EN la plaza de Capuchinos ayer muchos de los presentes se hacían la misma pregunta: "¿Por qué no salen si hay sol?". O "yo tampoco veo el tiempo mal para que no salga", apuntaban otros. Sin embargo, la Hermandad de La Paz decidió no realizar su salida procesional ya que las previsiones meteorológicas apuntaban lluvia a partir de las 22:00. Pero en el exterior del templo las cosas se veían de otra manera. Incluso "¡si no está lloviendo!", gritaba un niño a su madre cuando ésta lo sacaba de la iglesia. Un claro en el cielo sobre Capuchinos hacía que un sol espléndido alumbrara la plaza pero el tiempo es imprevisible y los chubascos que a mediodía y primera hora de la tarde habían caído sobre la ciudad daban que pensar.
El cabildo de aguas de la cofradía, tras analizar el último parte meteorológico, suspendió su estación de penitencia, una decisión que el hermano mayor comunicó a los nazarenos sobre las 18:15 cuando su salida estaba prevista a las 18:30. También influyó el hecho de que las demás cofradías del Miércoles Santo no sacaran sus pasos a la calle.
Pero antes de esto la hermandad vivió un desafortunado incidente, ya que el capataz de Nuestra Señora de la Paz y Esperanza, Rafael Muñoz Cruz, tuvo que ser trasladado al hospital Reina Sofía por una indisposición.
Cientos de personas se concentraron en la plaza de Capuchinos, como cada año, ya que Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Santísima de la Paz y Esperanza (que estrenaba corona y un puñal en plata de ley) son dos de las imágenes más queridas de la Semana Santa cordobesa y de las que más fieles mueven. Mientras tanto, los hermanos rezaban en el interior de la iglesia conventual del Santo Ángel, desde donde iban a salir este año, algo que no ocurría desde hace tiempo.
Al otro lado de la plaza de Capuchinos los titulares de la hermandad esperaban, en su nave, la visita de los nazarenos, que fueron por turnos a disfrutar de ellos de forma íntima. Después las imágenes recibieron una ofrenda musical a cargo de la Agrupación Musical Santo Tomás de Villanueva de Ciudad Real y la Banda de Música de María Santísima de la Estrella, mientras la plaza de Capuchinos se iba llenando más.
Tanto que la Policía tuvo que habilitar un camino de entrada por la Cuesta del Bailío y otro de salida hacia la plaza de las Doblas ante la cantidad de gente que quería ver a Jesús de la Humildad y Paciencia y a la Paz y Esperanza para rezar, cantar saetas o simplemente admirar su belleza.
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