Humildad, Amor y Dolores en las oraciones del Martes Santo de Lucena

La Humildad de Jesús, entregada a la resignación, la paciencia y la comprensión, se manifiesta en el interior de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Lucena. Los 415 años de trayectoria discontinua de esta hermandad, sustentados en un patrimonio inestimable, radican en una parroquia que se erige sobre Lucena e inaugura el tercer día de la Semana Santa.

La veneración de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, atribuida a la producción escultórica de Pedro de Mena, concentra los actos de la corporación religiosa fundada en 1606. El rezo del rosario, una eucaristía y el ejercicio del Vía Crucis componen el programa de una tarde en la que ningún paso procesional descenderá desde El Carmen a las calles nucleares de Lucena.

La corona dolorosa por el padecimiento y la angustia de la Madre de Cristo por la Humillación de su Hijo sobresale en los actos de culto promovidos por los Servitas. Es una oración, similar al rosario, cuyo origen se establece en torno al siglo XVII. Una introducción inicial precede a la narración de los siete dolores de María. En San Mateo, la Cofradía de la Humillación, que expone a sus titulares, participa de una misa y su agrupación musical realiza un desfile, por el entorno de la feligresía, al término de la tarde.

En el mismo templo, donde el Martes Santo se duplica con sendas cofradías, el Cristo del Amor, tallado a finales del siglo XVII por Alonso de Cano, se adelanta, con túnica blanca, unos centímetros, fuera de su Capilla, como si reiniciara el recorrido que ha de situarlo, nuevamente, en los exteriores de las naves de la iglesia.

Detrás, la Virgen de la Paz Campanitas y el Cristo de la Crucifixión contemplan los dictados de la cruz de guía.

La jura de cargos de la nueva junta de gobierno inicia una franja vespertina, prolongada con el rezo del rosario, la eucaristía compartida y los pregones de la Sentencia, pronunciado por el hermano mayor, José Luis Crespillo; y del Ángel, verbalizado por su hija, Lourdes María Crespillo Burgos, vicepresidenta de la vocalía de juventud.