Un libro recorre la historia de la Hermandad del Amarrado de Santaella en el 50 aniversario de su reorganización

La hermandad del Santísimo Cristo Amarrado a la Columna, María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista de Santaella es una de las entidades religiosas más singulares de la provincia de Córdoba. Su particularidad está en que desde su refundación, en 1754, la familia Merino-Del Moral le ha rendido culto a sus imágenes y las ha custodiado y procesionado de manera ininterrumpida. Ahora, cuando se cumple el medio siglo de la reorganización de la cofradía, los hermanos han querido plasmar en un libro su rica historia con el título de Amarrado de Santaella, el carácter familiar de una hermandad de penitencia.

Se trata de una obra fruto de distintas investigaciones tanto en los archivos del Ayuntamiento de Santaella como de la parroquia de la Asunción, además del texto que sobre la Semana Santa del municipio publicó en 1998 el historiador Juan Aranda Doncel.

El coordinador del libro y hermano del Amarrado, Antonio Jesús Rodríguez, ha señalado a el Día que el objetivo es destacar el papel de la familia en el recorrido de la hermandad, ya que han sido "un ejemplo a lo largo de tres siglos”. Asimismo, ha resaltado que “son ya 11 generaciones de las dos ramas de esta familia las que han transmitido de padres a hijos una misma devoción".

"La historia de esta tradición familiar es la que recoge este libro que ahora sale a la luz y que, lejos de constituir una particularidad en el mundo de las hermandades y cofradías, constituye un buen reflejo de la importancia de las familias cristianas en estas asociaciones religiosas”, ha asegurado Rodríguez.

También ha abordado que, pese a las distintas crisis económicas, políticas y cofrades que se han sucedido en los últimos siglos en Córdoba, “el arraigo familiar y el sentimiento de pertenencia” hizo que en muchos municipios perviviera la Semana Santa.

En ese sentido, “eso es lo que se cuenta en este libro, en el que con la referencia de los datos históricos conocidos se demuestra que, desde el primer momento, la familia Merino instituyó el carácter familiar de esta hermandad y asumió de manera personal el coste de su mantenimiento, lo que le facultó para transmitir los derechos de la cofradía de padres a hijos, realidad que continuó con la entrada de la familia del Moral a finales del siglo XIX”, ha precisado Antonio Jesús Rodríguez, quien ha asegurado que "cuando todo falló, quedó la familia".

Amarrado de Santaella, el carácter familiar de una hermandad de penitencia se presentará el domingo 3 de abril en la Casa de la Cultura de Santaella. El coordinador también ha valorado las reflexiones de la hermana mayor, Concepción Merino, en el capítulo que abre el libro, en el que resalta que el secreto de la subsistencia vendrá determinado por un objetivo: “El de parecernos a nosotros mismos”.