Gran lección cofrade en San Nicolás
La Sentencia
Las malas previsiones meteorológicas de la noche dejan en el interior del templo a la hermandad de La Sentencia.
TODA una lección de elegancia, saber estar y también saber decidir la de la Sentencia. La hermandad de San Nicolás se quedó en el interior del templo. Una decisión que tomó después de solicitar la media hora de rigor y que pocos minutos antes ni un alma de las que se agolpaban en la puerta de la iglesia y los alrededores sospechaba, ni siquiera se intuía. De nuevo un estribillo de ilusiones frustradas un Lunes Santo que iba a pasar a la historia y en el que la Sentencia iba a mostrar con todo esplendor la nueva túnica bordada, conocida ya como la de los dragones, para su titular, uno de los estrenos más importantes de la Semana Santa, bordada por Francisco Pérez Artés siguiendo un dibujo de Rafael de Rueda. La expectación era máxima tanto fuera como en el interior de la iglesia. Era la antepenúltima cofradía en salir en un Lunes Santo demasiado triste para el mundo cofrade.
Si en la puerta de San Nicolás había público, más aún en San Felipe y mucho más en el callejón de la Torre de San Nicolás, por el que salen los pasos y en el que no había hueco para nadie. Tanto que algunos pequeños estaban subidos en las verjas de las ventanas de un edificio en un intento de hacerse mayor y alcanzar una altura prudente. El ambiente, además, era del todo propicio y se respiró incluso emoción ante la llegada de la banda de El Sol interpretando una de las marchas previstas. En el mismo lugar, la estampa de los costaleros aguardando la decisión con nervios y expectación. Un cigarro, otro. Consultas al móvil, a los agentes de la Policía, a los servidores de la hermandad. Y la respuesta para todos ellos: "No se sabe aún, están decidiendo dentro".
Al final, la decisión se comunicó a todos los hermanos que se encontraban en el interior del templo y poco a poco se conoció fuera ante el asombro de los allí congregados; muchos no la comprendían. Pero la lluvia es la lluvia. Fue el hermano mayor de La Sentencia, José Antonio Salamanca, quien desde el altar explicó las razones de esta cruel decisión. "No hay seguridad plena ni absoluta de que no llueva" durante el cortejo procesional, reconoció, y también lanzó una petición a todos los nazarenos, que volvieran a sus casas con el hábito de túnica granate con botonadura blanca, capa y cubrerrostro blancos y cíngulo blanco y granate para dar muestra de la fe que procesan. En un silencio ensordecedor el párroco de San Nicolás, Antonio Evans, fue el encargado de dirigir la oración, con la que intentó demostrar que la suspensión del cortejo procesional también ha de servir como "testimonio de fe". Buen ejemplo y enseñanza cristiana para aquellos que intentan aún comprender el sentido de la Semana Santa. Tras la oración, la hermandad abrió las puertas de San Nicolás a las 20:00 para que el gentío que esperaba ansioso para ver sus titulares pudiera pasar; el templo permaneció abierto hasta las 22:30.
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