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Hace un par de años, en la inauguración de un interesante congreso de dolor organizado por la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR), conocí al Dr. Josep Vergés, experto en artrosis y director de OAFI (Osteoarthritis Foundation International) fundación comprometida con los pacientes con artrosis para mejorar su calidad de vida, especialmente en la mujer y también en la infancia, haciendo un papel preventivo. Tengo que reconocer que aquella presentación titulada La artrosis, una enfermedad con mucha prevalencia y con poco glamour, cambió mi forma de ver y tratar esta patología en la mujer. Desde aquí hago un reconocimiento a la labor de esta fundación, y un agradecimiento a la documentación que me han facilitado para escribir esta columna.
La artrosis es una patología que afecta a 595 millones de personas en el mundo, y en nuestro país, a siete millones y medio de españoles. Es uno de los principales problemas de salud en todos los países, especialmente en los más desarrollados, debido a factores favorecedores como el sedentarismo, la obesidad y la longevidad.
Las estadísticas de salud muestran un continuo crecimiento de su incidencia e importancia global sobre la discapacidad limitando a más del 90% de los pacientes que la presentan. Además, el 42,3% de los pacientes no están satisfechos con su tratamiento actual y hasta el 78% buscan tratamientos adicionales no farmacológicos ni quirúrgicos tipo colágeno, jengibre, cúrcuma y aceites múltiples pensando en que son remedios naturales mágicos, desconociendo o minusvalorando el ejercicio físico que es lo que de verdad mejora la musculatura, descargando de peso a las articulaciones mejorando la actividad y la calidad de vida de las personas con esta afectación articular.
La edad, el sexo femenino, la etnia y la obesidad parecen ser los factores más importantes relacionados con la enfermedad, y otros que también tienen una clara asociación son factores genéticos, los biomecánicos como lesiones deportivas y ocupacionales, el síndrome metabólico y el sedentarismo. Aunque lo de la obesidad es otro capítulo… hay que ser muy cuidadoso al decirle a un paciente que perder peso le mejora el dolor, aunque sea de una lógica aplastante. Hace pocos días en mi consulta un paciente muy enfadado porque en la resonancia de su rodilla no había ninguna alteración que justificara su dolor, pero pesaba más de 100 kilos. No me pude callar, le dije que su rodilla le estaba pidiendo cargar menos peso, pero con cautela eso sí. Estamos en una sociedad que la responsabilidad individual no sólo no se inculca, es que se desprecia.
Y otra cosa es lo que cuesta. El coste de la artrosis representa entre el 1 y el 2,5 % del PIB según países, y es que el gasto no son sólo las prótesis y los fármacos para tratamiento del dolor en estas personas, esta patología afecta de forma indirecta a la productividad laboral siendo junto a la lumbalgia, las tendinitis y esguinces, una de las causas más frecuentes de incapacidad temporal.
Bueno, ¿y porque traigo aquí hoy la artrosis a la columna de 'Mujer y Salud'?, pues porque otra vez el factor género hace que esta patología nos afecte de diferente manera, saliendo las mujeres perjudicadas en el daño articular el doble que los varones, y especialmente cuando comenzamos con cambios hormonales. Según la Encuesta Nacional de Salud de 2017, la artrosis está presente en un 23,5% de las mujeres mayores de 15 años. Es muy pronto, pero es que como decía los cambios hormonales influyen en la patología articular hasta el punto de que en cada cambio hormonal suceden diferentes situaciones relacionadas con el sistema locomotor: en la pubertad, en los partos y especialmente en la pérdida de la edad fértil.
Y es que es verdad que es difícil hacerse mayor, pero las mujeres especialmente lo llevamos regular e indagando en el porqué, he llegado a la conclusión que es por el escalón que supone la desaparición del estradiol de nuestro cuerpo, y vuelvo a hablar de la menopausia. Los hombres sufren el deterioro de la salud, la piel, las habilidades… todo lo que conlleva cumplir años de una forma progresiva. Sin embargo, nosotras sufrimos un cambio brusco en pocos años o meses incluso, que afecta a varias facetas de nuestra vida y hablando de la artrosis, supone la aparición o el empeoramiento hasta la cifra de doblar la afectación respecto al varón. Esto justifica las cifras de dolor crónico, que también se doblan en el género femenino.
Y eso del glamour, pues me refiero a que relacionamos ciertas palabras como menopausia y artrosis con la vejez y eso tiene un peso enorme para nosotras porque parece que te saca de la vida activa en todos los sentidos, en todos incluso del que estáis pensando, y eso no es así. El incremento de la esperanza de vida hace que lleguemos a una edad adulta tardía en mejores condiciones y nos sigamos sintiendo mujeres. Por fin se están dando cuenta de esto las farmacéuticas y hay una amplia gama de tratamientos para aliviar síntomas y mejorar sensaciones. También nos estamos dando cuenta los profesionales y hablamos mejor y más claramente del tema, hombres y mujeres, ahí tenemos a Josep Vergés y a muchos otros compañeros. Un éxito sin duda.
Y también nos estamos dando cuenta las mujeres, porque todo empieza por ahí, ya está bien de culpabilizar fuera. Por fin empezamos a hablar de esto con más libertad y menos pudor. Es otro tema educacional pero que salvarlo nos está haciendo sentir más vivas. Os cuento algo gracioso: en la consulta, cuando los pacientes varones vienen a pedir sus pastillitas “azules” que ya son de más colores pero que se ha quedado así para simplificar, pues cuando ven a una mujer, les cuesta menos pedirlas que hace unos años y lo hacen de manera diferente y muchos de forma graciosa. Las mujeres no es que no lo hablen, es que se siguen dando por hecho afirmaciones que no son ciertas, y es un trabajo desmitificar el tema. Pero lo vamos consiguiendo.
Así que, desde aquí y volviendo al deterioro articular, solo un consejo de salud para todos que además tiene ya evidencia científica: comenzad a hacer ejercicio físico o seguid haciéndolo los que ya lo hacéis, que es lo único que ha demostrado prolongar la vida y en mejores condiciones. Pero no el paseo del colesterol que eso desgasta más las rodillas y caderas, el más saludable es el ejercicio dirigido por un profesional acorde a la edad y a ser posible con algo de peso, que no tiene que ser mucho, pero del que sales cansado y con las endorfinas altas. Haz un esfuerzo físico e invierte en tu salud. Sólo eso.
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