Evaluar políticas de salud

Aprender de la experiencia asegura, en el futuro, mejores procedimientos

La importancia de la sanidad para el bienestar de la población es algo que ha quedado muy claramente señalado a raíz de la situación crítica que ha planteado el desafío de la pandemia Covid-19. A mayor garantía de calidad del sistema sanitario, mayor garantía de bienestar y cohesión de la sociedad. Pero un sistema sanitario requiere la formulación de políticas y estrategias que respondan a la consideración y valoración de la situación de partida, para tratar de conseguir un conjunto de objetivos que deben tener en cuenta los factores determinantes y poner recursos y programas orientados hacia esos objetivos. Y este proceso de formulación de políticas y estrategias se beneficia y se fortalece ganando en solvencia si se hace de manera rigurosa, con planteamientos explícitos y transparentes y con una amplia participación de todos los agentes: en especial, profesionales y pacientes.

A raíz de la pandemia se han desarrollado numerosas acciones de respuesta que desgraciadamente no han podido tener un proceso de planificación previa suficientemente anticipada a causa de lo inesperada que ha sido su aparición. Han sido y siguen siendo muchos los recursos y acciones desarrolladas para mitigar los daños y los efectos en salud causados por el Covid-19. Y la pandemia sigue golpeando aunque estemos en los inicios del fin de la sexta ola y haya alguna expectativa de posible inicio de un periodo de paulatina normalización que no sabemos si se confirmará.

Sin dejar de actuar, toca evaluar. Y es que la evaluación es un proceso imprescindible para asegurar que el sistema es capaz de aprender de las buenas prácticas y de los eventuales errores cometidos. Aprender de la experiencia permite asegurar mejores procedimientos de actuación para el futuro. Y evaluar políticas de salud es también una obligación para dar cuentas públicas, dada la importancia de la sanidad para la sociedad.

La evaluación de la política desarrollada en la gestión de la pandemia Covid-19 requiere un proceso muy participado y sobre todo, guiado por aportaciones expertas que aseguren que se consideran todos los elementos necesarios. Y es que hay que tener en cuenta que estamos hablando de un problema de salud (la Covid-19), en el que la participación de organizaciones profesionales es imprescindible para asegurar la valoración de todos los aspectos técnicos de manera correcta.

Este proceso de evaluación debe hacerse con la mayor transparencia y tiene que incorporar una visión crítica que permita la mejora en la formulación de políticas futuras. Debe ser una evaluación externa e independiente y tiene que considerar que su finalidad es aportar conclusiones que estén guiadas por el ánimo de mejora ya que (además de que aún hay que actuar en esta pandemia), el riesgo de nuevas pandemia tiene que estar presente en el mundo globalizado que vivimos en estos tiempos, y conviene asegurar las mejores respuestas.

Es importante que esta evaluación incorpore una visión global que tenga en cuenta la perspectiva de la salud pública, la perspectiva de la investigación y el análisis de los avances científicos que puedan permitir una lucha eficaz frente a nuevas enfermedades. En definitiva, evaluar para avanzar.

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