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¿Qué problemas de salud puede indicar el olor fuerte de la orina?

¿Qué problemas de salud puede indicar el olor fuerte de la orina?

¿Qué problemas de salud puede indicar el olor fuerte de la orina? / freepik

La orina nos puede dar mucha información sobre nosotros mismos y sobre nuestra salud.  La orina se compone, en su mayor parte, de agua (95%). El otro 5% lo conforman residuos (urea, creatinina, ácido úrico, amoniaco, entre otros) e iones (sodio, potasio, cloro, calcio...). En el pasado, la orina se utilizaba para diagnosticar enfermedades y aportar pistas para determinar si algo no funcionaba bien en el organismo. Hoy en día, junto con el color y los síntomas, el olor de la orina puede indicar un estado de salud óptimo o enfermedad. En ocasiones, incluso si la orina es fresca, puede tener un olor fuerte y esto se debe a varios factores. El olor se puede describir de muchas formas diferentes; por ejemplo, si tiene un olor dulce, o si huele a pescado, amoníaco o alcohol. Observarlo es fundamental para atajar el problema y un correcto diagnóstico. Estos son los más comunes. 

CAUSAS DEL OLOR FUERTE EN LA ORINA

1.INFECCIÓN EN LAS VÍAS URINARIAS 

Los gérmenes metabolizan o se ‘comen’ la urea (sustancia que se forma durante el procesamiento de las proteínas, y que generalmente excretamos a través de la orina y el sudor), además de producir nitritos y leucocitos, lo que hace que la orina se vuelva turbia y con mal olor. Se manifiesta en la necesidad constante de ir al baño o en el escozor al orinar.

Para prevenir el mal olor derivado de esta infección es conveniente beber agua con frecuencia, no retener la orina durante demasiado tiempo, usar prendas interiores de algodón y orinar después de mantener relaciones sexuales.

Estudios científicos recientes han revelado que el tracto urinario tiene su propia microflora. Esto quiere decir que la mayoría de las personas tienen pequeñas cantidades de bacterias en la orina. Las bacterias invasoras prosperan en la orina y se multiplican rápidamente causando una infección, lo cual puede provocar un olor desagradable. Sin embargo, es algo normal y no causa ninguna molestia.

2.DESHIDRATACIÓN

El riñón es el encargado de limpiar nuestro cuerpo de las sustancias y toxinas de desecho, y tiene la capacidad de concentrar la orina dependiendo del líquido que le aportemos. Si la orina tiene un color oscuro y huele fuerte, puede ser un síntoma de deshidratación. 

La orina muy concentrada, a causa de una ingesta de líquidos insuficiente, suele tener un olor fuerte.  La concentración de la orina también irrita el revestimiento de la vejiga. Esto puede provocar síntomas de urgencia, que se caracterizan por una necesidad frecuente de ir al baño. 

Otros síntomas pueden incluir  fiebre, problemas renales, diarrea o vómitos.

 Por otro lado, cuando bebemos mucha agua, o cuando utilizamos sustancias diuréticas, que pueden ser desde medicamentos hasta bebidas alcohólicas, los riñones permiten la pérdida de agua, tornando la orina muy diluida y con un color que tiende a ser claro como el agua.

3. DIABETES 

La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que puede afectar al olor de la orina. Normalmente, se identifica debido a un ligero olor dulce, similar a la fruta fresca. Cuando las personas tienen diabetes y un alto nivel de glucosa en sangre, los riñones eliminan el exceso de azúcar a través de la orina, y por eso tiene ese olor dulce.

4.FÍSTULA

Una fístula es la comunicación anormal entre el recto (intestino grueso) y la vejiga urinaria; debido a esto, la orina adquiere un olor fétido. Las fístulas adquiridas pueden ser causadas por infecciones, enfermedades intestinales inflamatorias como la diverticulosis o la enfermedad de Crohn, cáncer, un tratamiento con radiación, traumatismos, o cuerpos extraños, o pueden aparecer como una complicación después de una operación.El sello distintivo (o sea, lo más característico) de las fístulas enterovesicales se puede describir como "síndrome de Gouverneur", a saber, dolor suprapúbico (encima del hueso pubis), orinar muchas veces , dolor al orinar  y sentir que se necesita defecar sin haber heces, con dolor y esfuerzo. Los síntomas pueden incluir salida de gases o de heces al orinar

5.ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL 

Las relaciones sexuales provocan un movimiento en la vejiga, y esa actividad puede hacer que se multipliquen los gérmenes que ya existen en la vejiga, desencadenando infecciones y, por ende, mal olor de orina.

La vaginosis bacteriana  es una infección causada por una cantidad excesiva de ciertas bacterias que cambian el equilibrio normal de las bacterias en la vagina. Tener una nueva pareja sexual o múltiples parejas sexuales, como también hacerse duchas vaginales, puede alterar el equilibrio de las bacterias en la vagina y hacer que las mujeres corran un mayor riesgo de contraer vaginosis bacteriana.

Más allá de eso, puede producirse una infección obejto del acto secual. La infección por tricomonas se denomina tricomoniasis y está producida por un protozoo. Ocasiona una enfermedad de transmisión sexual muy frecuente, que afecta más a mujeres jóvenes que a hombres. En las mujeres, aparece un flujo vaginal parecido a pus, que puede adquirir un color verdoso, y con un olor fétido.

6.PROBLEMAS HEPÁTICOS

En estadios avanzados de cirrosis hepática se producen alteraciones en el sistema circulatorio; a nivel renal, disminuye el aflujo sanguíneo por lo que se induce una insuficiencia renal (síndrome hepatorrenal); esto produce una disminución del volumen de orina diario y un cambio de color (coluria) y olor (fuerte/intenso) de la orina.

7. ALIMENTACIÓN O MEDICAMENTOS

La orina puede ver alterado su olor y su color debido a ciertos alimentos, medicamentos y patologías. En concreto, el doctor Ruiz Hernández apunta que los alimentos que pueden alterar ese olor en la orina son los espárragos, las cebollas, las coles de Bruselas, el café, o los ajos. Otros alimentos ricos en vitamina B6 como el pollo, pavo, salmón, plátanos o patatas.

Si los genitales despiden un olor desagradable, puede que se deba, por ejemplo, a un desequilibrio bacteriano, que puede estar provocado por una higiene excesiva, el tratamiento con antibióticos o el uso de jabones fuertes.

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