Investigación y Tecnología

Las enfermedades que mejoran con la exposición a los rayos UVA de las lámparas de bronceado

Las enfermedades que mejoran con la exposición a los rayos UVA de las lámparas de bronceado

Las enfermedades que mejoran con la exposición a los rayos UVA de las lámparas de bronceado

Se acerca el verano y, a la par, el creciente nerviosismo por perder los kilos de más y coger un tonito más de bronceado. En el intento de conseguir el primer objetivo, ya sabemos, ejercicio y dieta. En el segundo, tendremos que depender de nuestro querido Rey sol, que aparece y desaparece a su gusto. Por ello, en los últimos años, ha surgido una moda de utilizar estas lámparas para broncear la piel y conseguir un moreno acelerado. Sin embargo, las lámparas de bronceado emiten radiación ultravioleta (UV) que  tiñe la piel de forma artificial y puede presentar riesgos significativos para la salud. Entre ellos, el riesgos de desarrollar cáncer de piel, el envejecimiento prematuro de la misma, las quemaduras, daño ocular o el debilitamiento del sistema inmune (con un mayor riesgo de infecciones y enfermedades). 

Sin embargo, en sus orígenes, estas máquinas fueron creadas a principios del siglo XX para tratar ciertas enfermedades de la piel. En ese momento, se creía que la exposición a la luz UV tenía efectos beneficiosos en la salud, incluyendo la producción de vitamina D. En la década de 1980, se descubrió que las lámparas de bronceado emiten radiación UV-A y UV-B, que son conocidas por causar daño a la piel. En 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó las lámparas de bronceado en la categoría de carcinógenos, lo que significa que se sabe que causan cáncer. 

Pese a ello, aún en nuestros días, algunos profesionales siguen recomendando su uso para el tratamiento de ciertas patologías y enfermedades. Descubre cuáles mejoran gracias a la exposición controlada a los rayos UVA de estas cabinas.

PROPIEDADES TERAPÉUTICAS

Las lámparas de rayos pueden tener algunas ventajas en el tratamiento de ciertas enfermedades debido a sus propiedades terapéuticas. Aquí hay algunas enfermedades en las que se ha demostrado que las lámparas de rayos son beneficiosas:

  1. Psoriasis: La radiación UV tiene un efecto sobre diferentes células de la epidermis, como los queratinocitos, linfocitos y células de Langerhans, que produce una modulación del sistema inmunológico. Esto se traduce en una reducción de la inflamación o rojez, así como en una disminución del grosor y la descamación de las placas de psoriasis.

  2. Vitiligo: Las lámparas de rayos UVB pueden ayudar a estimular la pigmentación en las áreas de piel afectadas por el vitiligo. Así, La fototerapia es uno de los tratamientos empleados para detener la progresión del vitíligo. Consiste en exponer la piel del paciente a ondas de luz ultravioleta, que han sido previamente estudiadas y aprobadas por médicos debido a sus beneficios para la piel con vitíligo. La fototerapia ayuda a estimular la producción de colágeno y tiene propiedades regenerativas que permiten cicatrizar y reducir la inflamación de la piel afectada.

  3. Acné: La terapia con luz azul puede reducir la cantidad de bacterias que causan el acné y mejorar la apariencia de la piel. Su uso controlado tiene efectos antiinflamatorios y antibacterianos, por lo cual contribuye a reducir las lesiones del acné. Además, los rayos UV generan una pequeña deshidratación y, en consecuencia, la sensación de una piel menos grasa.

  4. Trastornos del estado de ánimo: La terapia de luz brillante se utiliza a menudo para tratar el trastorno afectivo estacional (TAE) y otros trastornos del estado de ánimo. La exposición a la luz brillante puede ayudar a regular el reloj interno del cuerpo y mejorar el estado de ánimo.

  5. Artritis reumatoide: Las lámparas de rayos infrarrojos pueden aliviar el dolor y la rigidez asociados con la artritis reumatoide. La terapia de calor puede aumentar el flujo sanguíneo a las articulaciones y reduce la inflamación.

Es importante tener en cuenta que el uso de lámparas de rayos debe ser supervisado por un médico y que puede haber riesgos asociados con su uso. Asimismo, hay que tener en cuenta que el bronceado no es un signo de buena salud y que se pueden obtener los beneficios del sol sin exponerse a la radiación UV nociva. El uso de protector solar y ropa protectora, así como la limitación del tiempo al sol durante las horas de mayor intensidad, son formas más seguras y saludables de obtener vitamina D y disfrutar del aire libre.

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