Según el "I Estudio Fisiocrem - Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF) sobre Salud muscular en España", el dolor muscular es experimentado regularmente por el 95% de los españoles debido a diversas causas, como sobrecarga de peso (45%), pasar largas horas sentado frente al ordenador (41%), episodios de estrés (41%), permanecer de pie sin descanso durante períodos prolongados (35%) y tener malas posturas al dormir (34%). Todas estas dolencias se han acentuado desde la pandemia, un período de tiempo en el que ha predominado el teletrabajo, la inactividad física y los problemas de estrés. Unas máximas que se han prolongado en el tiempo y se han integrado en los hábitos de la sociedad.
Tipos de dolor y cómo tratarlos
Si está experimentando un aumento en los dolores musculares y de espalda, puede haber varias causas subyacentes. Algunas posibles causas incluyen:
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Lesiones musculares: si ha participado en actividades físicas intensas recientemente o ha sufrido una lesión, es posible que experimente dolor muscular.
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Mala postura: si pasa mucho tiempo sentado o de pie en una posición incómoda, puede desarrollar dolor muscular y de espalda debido a una mala postura.
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Estrés: el estrés puede causar tensión muscular y dolor, especialmente en el cuello, hombros y espalda.
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Enfermedades crónicas: algunas enfermedades crónicas, como la artritis y la fibromialgia, pueden causar dolor muscular y de espalda.
Dependiendo de la causa que provoque este dolor, deberá de aplicarse un tratamiento u otro, siempre supervisado por un profesional. Por ejemplo, si el dolor es de tipo muscular, como el de espalda por una mala postura, o el menstrual, se recomienda el uso de antiinflamatorios AINE.
En cambio, los analgésicos son más eficaces para aliviar el dolor asociado con otras dolencias, como los dolores de cabeza, los dolores menstruales y los dolores dentales. También pueden ser útiles para tratar el dolor causado por la artritis y otras enfermedades inflamatorias.
Solo en caso de que el dolor persista, si se suele requerir el uso de ciertos fármacos. Los más comunes son:
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Relajantes musculares, como el ciclobenzaprina, el metocarbamol y el baclofeno, que pueden ayudar a reducir la tensión muscular y el dolor.
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Antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno y el naproxeno, que pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor asociados con lesiones musculares.
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Opioides, como la codeína o el tramadol, que pueden ser necesarios para aliviar el dolor intenso, pero deben ser prescritos y supervisados por un médico debido a su potencial de adicción y efectos secundarios.
Cómo aliviar los dolores
Específicamente, algunos estudios han reafirmado la falta de evidencia en la capacidad de algunos medicamentos analgésicos para reducir la intensidad del dolor agudo de espalda baja, lo que complica la toma de decisiones por parte de los clínicos de atención primaria a la hora de prescribir medicamentos para tratar esta afección. Por lo tanto, los científicos recomiendan limitar la prescripción de medicamentos hasta que se realicen más estudios. Aunque la conclusión de este estudio no impactará en el tratamiento de los pacientes, sí enfocará la atención en los resultados del uso de analgésicos.
Así, en general, es importante recordar que los analgésicos no deben ser la primera opción para tratar el dolor muscular. En su lugar, es mejor tratar de prevenir el dolor muscular mediante la práctica regular de actividad física y el uso de técnicas de relajación y estiramiento adecuadas. Según el estudio publicado en BMJ, se recomienda que los pacientes realicen ejercicio físico o que recurran a terapia manual como tratamientos alternativos al uso de medicamentos para combatir, por ejemplo, el dolor lumbar, según las guías clínicas.
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