Hernia incisional: así es el diagnóstico que obliga a operarse al Papa Francisco

El miércoles 7 de junio el Vaticano anunció que el Papa Francisco tendría que pasar por quirófano para tratar de urgencia una hernia incisional. Esto ha hecho que el pontífice, de 86 años, deba ser ingresado en el romano Hospital Gemelli.

La operación fue una decisión de urgencia después de que los resultados de un TAC del pontífice, en unas pruebas realizadas el pasado martes.

¿Qué es una hernia incisional?

Esta dolencia también se llama eventración y se produce cuando una intervención quirúrgica que ha sido realizada en la pared abdominal cicatriza mal, lo que da lugar a un agujero en el abdomen. En algunas ocasiones se pueden producir incarceraciones y estrangulación de contenido intestinal, como puede ser un asa intestinal o de grasa, que se quedan atrapados en la hernia.

Se trata de una complicación relativamente frecuente que se puede dar después de una cirugía abdominal, que puede tardar años en aparecer, pero que puede llegar a ser grave. Este tipo de hernias pueden causar dolor en los pacientes, obstrucción intestinal y en el peor de los casos, puede llegar a convertirse en necrosis intestinal; es decir, en la muerte de parte del intestino afectado al haber problemas de suministro de sangre.

Como informó el Vaticano, el Papa Francisco se va a someter a una "laparotomía y cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis bajo anestesia general". La cirugía es el único método para tratar las hernias incisionales, siendo la prótesis una malla quirúrgica para hernias. El uso de estas mallas ha supuesto un avance, como resaltan desde webs especializadas (como el caso de barnaclínic+). Destacan que el uso de las mallas permite tratar el problema de forma más duradera o definitiva y que sus "ventajas (mucho mejores resultados) superan de largo sus inconvenientes (molestias por un cuerpo extraño, infección)".

Hay dos tipos de cirugía para tratar estas hernias: la laparoscópica y la abierta, como señalan desde barnaclinic+. La primera se caracteriza por una mejor operación postoperatoria y que previene la infección de la malla quirúrgica. La abierta, por su parte, sigue siendo la más usada y se usa en casos en los que no se realiza una reconstrucción de la zona abdominal afectada, sino que la malla funciona como un parche.