El obispo de Guadix, Francisco Jesús Orozco Mengíbar, Paco Orozco para los feligreses, acaba de ser nombrado Hijo Predilecto de la localidad de Villafranca de Córdoba, su localidad natal. La distinción ha sido otorgada en la parroquia de Santa Marina durante la celebración de la novena en honor a la Virgen de los Remedios. La puerta del templo, antes del comienzo de la ceremonia, ya era un hervidero con numerosas autoridades, sacerdotes y público de Villafranca y de fuera.

Francisco Jesús Orozco, como ha subrayado este sábado la Hermandad de los Remedios, "iba y venía, saludaba y abrazada". Dentro de la abarrotada parroquia, el obispo de Guadix presidió la homilía; junto a él numerosos concelebrantes, entre ellos, miembros de la diócesis de Guadix y de Córdoba, amigos y algún compañero de seminario. La homilía versó sobre el quinto mandamiento, “No matarás”, en el que el prelado desgranó un canto a la vida, encendiendo una luz a la esperanza y animando desde al altar a los poderes públicos a invertir en cuidados paliativos huyendo así de la muerte programada.

La sorpresa no pudo ser mayor cuando entró por el lateral de la parroquia el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y el vicario general, Antonio Prieto. Silenciosamente se acercaron al altar; y la sonrisa y la alegría de Francisco Orozco al verlos no pudo ser más expresiva, satisfactoria y elocuente. Al abrazo en el que envolvieron los dos prelados la iglesia entera respondió con un "efusivo aplauso" bajo la atenta mirada de la Virgen.

Finalizada la eucaristía, siguió el acto de reconocimiento y la entrega de medalla de Hijo Predilecto de Villafranca de manos del alcalde, Francisco Palomares (PSOE), quien expuso el complejo proceso que conlleva tal distinción, a la vez que hizo un recorrido por la vida de este obispo villafranqueño. Después de la entrega de medalla, Orozco, sumamente emocionado y como él decía, bastante nervioso, dejó "boquiabiertos" a los presentes con sus palabras hacia la Virgen de los Remedios, a Villafranca, hacia sus gentes, sus recuerdos y las muestras de gratitud hacia un pueblo y sus espacios que lo vieron crecer.