Las últimas horas de la Pasión
Iznájar revive la muerte del Señor con El Paso, en el que participa un centenar de personas
Moriles se llena de colorido con las corporaciones bíblicas y Cabra sigue de luto con la Soledad
Mientras en la mayoría de municipios el Sábado Santo es sinónimo de descanso tras una intensa jornada de viernes, hay un puñado de localidades que apuran con fervor las horas que restan hacia la Resurrección. Y, de entre todas estas, es Iznájar la que cuenta con la tradición con más raigambre. Así, un año más, ayer tuvo lugar la escenificación de la Pasión, llamada en la localidad de la Subbética El Paso. La asociación cultural Hisn-Paso Ashar es la encargada del montaje y puesta en escena, en la que más de 100 personas con dedicación y entusiasmo han trabajado para que todo esté preparado.
El Paso tiene su origen en el siglo XVII. El antiguo texto se transmitía de padres a hijos, por lo que acumuló gran número de inexactitudes históricas hasta el extremo de que en un documento episcopal fechado en el año 1742 se llegaron a prohibir las representaciones "bajo pena de excomunión", como recuerda la asociación.
Constituye una tradición de "fortísimo arraigo" en la población iznajeña y, aunque se dejó de representar durante la Guerra Civil, se reanudó a mediados de los años 40 a la antigua usanza, es decir, con textos transmitidos de padres a hijos y en los que se resaltaba más la mímica que los diálogos en sí. Fue así hasta el año 1957, cuando se decidió abandonar los antiguos textos y adaptar la obra La divina tragedia, del padre jesuita José Julio Martínez.
En la representación se escenifica desde la entrada de Jesús en Jerusalén hasta su muerte en la Cruz y se compone de 14 cuadros escénicos que, a lo largo de los años, y con el apoyo de los avances técnicos, han logrado una puesta en escena profesional.
Iznájar revive así, cada año, la pasión y muerte de Jesús. Aunque antes de esta escenificación es la calle la protagonista. Porque la localidad no se entiende sin sus llamativas, coloridas y singulares representaciones en las calles. Romanos, judíos, apóstoles, sibilas o el Cirineo transportan al espectador y le hacen sentir parte de la Pasión.
En Moriles, cuya Semana Mayor está declarada de Interés Turístico por parte de la Junta de Andalucía, el Sábado de Gloria está lleno de colorido gracias al desfile de las corporaciones bíblicas, en el que participan alrededor de 500 personas y que tiene su momento álgido en la plaza de la Constitución. La cofradía más numerosas es la del Imperio Romano, fundada en 1902 y con 80 integrantes; la más antigua es la de los Apóstoles, de 1889, aunque la que este año ha vivido una fecha más especial ha sido La Judea, de 1917.
Ya por la noche, procesionaron el Resucitado y María Santísima de la Blanca Paloma. En la carrera oficial se produjo el Encuentro, que consiste en mecer al son de los acordes del Imperio Romano a ambas imágenes cara a cara, en una representación de la unión de la madre y el hijo. Las figuras bíblicas de Salomón y del Arca de Noé lanzan las palomas que portan como martirio a la Virgen.
En Cabra, la jornada de Sábado Santo mantiene su nombre pero con un apellido distinto: de Gloria. Arrancó cuando el reloj solo había avanzado cinco minutos de la medianoche con el nazareno del Perdón, que salió del convento de las Madres Agustinas. Presagio de la victoria pascual, rezo del vía crucis y un estilo único y muy particular el que escenificó esta corporación. Ya cuando la mañana se hizo fuerte, apareció la Soledad por la puerta de los Remedios. Sin duda, la devoción mariana más significativa de la Semana Santa egabrense. Mena, en estado puro, consiguió plasmar en el rostro de esta dolorosa de manos entrelazadas el dolor más bello. Cuando la Soledad se recoge, nace la añoranza. Pero aún la Semana Santa guarda un resquicio para los más nostálgicos. El tránsito de la tarde a la noche también tiene nombre femenino: Socorro. Entre ricos bordados, el palio cardenal del Sábado de Gloria se paseó señorial y garboso por las calles de esta población de la Subbética anticipando la alegría de la Resurrección.
Luto también en Lucena. Con su nueva saya, la Soledad se hizo un año más la reina del Sábado Santo. Obra del imaginero sevillano Luis Álvarez, partió a las 20:30 de la parroquia de Santiago Apóstol. Un total de 26 santeros a las órdenes de Rafael Toro portaron a la Virgen en su más profunda tristeza hasta bien entrada la madrugada con el cante de las saetas.
Sin el jolgorio del jueves o el viernes, la jornada de ayer dio para otra buena colección de estampas, como la procesión del Santo Sepulcro en Puente Genil, el cortejo de la Virgen de la Alegría de Villanueva de Córdoba o la Soledad en La Rambla y en Almodóvar del Río.
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