Treinta países firman la Declaración de Córdoba para impulsar el olivo y sus productos en todo el mundo
Agroalimentación
El Consejo Oleícola Internacional trabajará para "promover el consumo del aceite y las aceitunas de mesa y la expansión del comercio internacional"
La reunión del Consejo Oleícola Internacional en el Palacio de la Merced, en imágenes
Una treintena de países productores y exportadores de aceite de oliva y aceitunas de mesas y dos organismos internacionales han rubricado este jueves la Declaración de Córdoba, un documento impulsado por el Consejo Oleícola Internacional (COI) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación por el que muestran su compromiso para impulsar el olivo y sus productos en todo el mundo.
El encuentro, celebrado en el Palacio de la Merced, ha estado presidido por el ministro Luis Planas; el director ejecutivo del COI, Jaime Lillo, y el presidente de la Diputación de Córdoba, Salvador Fuentes. Han participado ministros del ramo y representantes de Palestina, Arabia Saudí, España, Marruecos, Jordania, Siria, Albania, Iraq, Turquía, Uzbekistán, Perú, Brasil, Grecia, Irán, Pakistán, Italia, Portugal y Túnez. También ha habido delegados de Egipto, Azerbayán, Argelia, Bosnia y Herzegovina, Israel, Libia, Líbano, Georgia, Montenegro y Uruguay, así como representantes del Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos y del Consejo Internacional de los Dátiles.
El ministro Planas ha destacado que el sector oleícola "es hoy un ejemplo de cooperación internacional basada en relaciones multilaterales, de amistad y confianza, orientadas en garantizar la calidad de los aceites de oliva y facilitar el comercio internacional de un producto esencial en la dieta mediterránea". Planas ha subrayado la "necesidad" de "intensificar la cooperación técnica entre los países participantes" para avanzar de manera "coordinada, transparente y con garantías", y que respondan tanto a las expectativas del sector como a las exigencias de los consumidores.
Córdoba, epicentro del debate mundial sobre el olivo
Mientras, el director ejecutivo del COI ha subrayado que la calidad y la confianza son "claves" para que el olivar siga extendiéndose por los cinco continentes: "Impulsar un marco normativo común no sólo facilita el comercio internacional, sino que protege los derechos de los consumidores". Desde el COI, ha destacado Lillo, seguirán realizando esta labor "con rigor científico, promoviendo el diálogo, la cooperación técnica y la innovación".
El presidente de la Diputación de Córdoba, Salvador Fuentes, ha señalado que “nuestro territorio se convierte en epicentro del debate mundial, estableciendo a través de la Declaración de Córdoba el posicionamiento estratégico a nivel mundial”. Según Fuentes, “recogemos así el compromiso al que hacía referencia ya la Unesco en 2019, un compromiso que alentaba a poner en valor la importancia cultural, ambiental y económica del olivo y el paisaje del olivar, estableciendo a este cultivo como símbolo de armonía y paz”.
“Con este acto reconocemos el esfuerzo, el trabajo, el legado y la memoria viva de las comunidades olivareras del mundo, esenciales para el desarrollo de los territorios, garantía del mantenimiento de la biodiversidad y la sostenibilidad a nivel mundial”, ha añadido Fuentes. El presidente de la Diputación de Córdoba ha hecho hincapié en “la importancia de esta provincia en materia oleícola", ya que aglutina 381.000 hectáreas de olivo.
Declaración de Córdoba
Entre los principales compromisos recogidos por la Declaración de Córdoba, los países apuestan por "fomentar la calidad de los productos oleícolas y facilitar su comercio internacional mediante la armonización de normas nacionales e internacionales que eviten obstáculo al comercio y protejan los derechos de los consumidores". Asimismo, plantean "promover el consumo de productos oleícolas y la expansión del comercio internacional del aceite de oliva y las aceitunas de mesa" e "impulsar políticas públicas que reconozcan y fortalezcan el sector oleícola como un sistema alimentario que contribuye a la salud humana, a la sostenibilidad del planeta y al bienestar de las comunidades rurales".
Los ministros y delegaciones también se comprometen a "velar por la preservación y la protección del olivo -árbol emblemático y símbolo de paz- frente a todas las amenazas naturales o humanas que puedan poner en peligro su pervivencia, y fomentar su restauración y regeneración en todos los lugares donde se vea afectado". Igualmente, abogan por "promover la cooperación técnica, la investigación, el desarrollo y la innovación tanto a nivel nacional como internacional en colaboración con universidades y otros centros de investigación para favorecer el desarrollo sostenible del sector oleícola y su adaptación a los efectos del cambio climático".
La Declaración de Córdoba, asimismo, quiere destacar "el papel medioambiental de los olivares, promoviendo los estudios científicos, y las prácticas agrícolas que maximicen su capacidad de absorción y almacenamiento de dióxido de carbono y su contribución a la mitigación de los efectos del cambio climático".
En el último punto, los países se comprometen a "apoyar actividades internacionales y regionales que difundan información científica general sobre las propiedades nutricionales, de salud y de otro tipo del aceite de oliva y las aceitunas de mesa, mejorando la información facilitada a los consumidores" y a "integrar el aceite de oliva en las estrategias de salud pública y nutrición, reconociendo su valor como alimento funcional en la prevención de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas". Por último, apuestan por "fomentar la colaboración con chefs y restauradores para educar a los consumidores sobre el aceite de oliva y las aceitunas de mesa, con un enfoque en las normas de calidad, la diversidad de variedades y sus orígenes de producción, sus propiedades nutricionales, los perfiles de sabor y las aplicaciones culinarias".
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