Un demoledor informe policial que alerta sobre el grave riesgo para la salud pública que entrañó el botellón celebrado el pasado sábado en Lucena fundamenta la suspensión temporal de esta concentración nocturna de jóvenes.

Ciertos incumplimientos previos de la normativa social y sanitaria vigente y el serio temor a un agravamiento de los negativos comportamientos observados, motivó, hace una semana, el establecimiento de un turno extraordinario de la Policía Local, permanente en el espacio anexo a la Plaza de Toros.

Los agentes presentes este último sábado en esta reunión al aire libre han relatado, en un documento remitido este jueves al propio alcalde, Juan Pérez (PSOE), acompañado de ilustrativas fotos y vídeos, que la afluencia rondó las 350 personas, congregadas sin guardar distancia alguna, desprovistas de mascarillas e, incluso, bailando y compartiendo vasos. Por lo tanto, la Policía Local sostiene que la aglomeración comporta un elevado peligro, resulta incontrolable en lo concerniente a la asunción de las pautas de prevención y precaución frente al coronavirus y, en base a lo anterior, recomienda la clausura de esta actividad.

Fuentes municipales señalan, además, que preocupa sobremanera el ascendente desplazamiento de jóvenes de otras localidades cercanas para participar en el botellón de Lucena.

Un decreto de Alcaldía formalizará esta decisión

El regidor socialista ha analizado y consensuado esta decisión transitoria, a través de varias conversaciones telefónicas, con los portavoces de las formaciones políticas quienes le han mostrado un sólido respaldo, solicitando, desde la oposición, la formulación de soluciones y alternativas a esta prohibición.

En las próximas horas, Juan Pérez emitirá un decreto declarando la anulación provisional de este acontecimiento semanal en el emplazamiento habilitado, próximo al Recinto Ferial.

Como consecuencia adyacente, desde el Ayuntamiento ya vaticinan que la supresión del botellón provocará la dispersión de la concurrencia habitual en diferentes plazas del municipio o en las inmediaciones del cementerio de San Jorge. Ninguna autorización municipal permite la ingesta de bebidas y comida en estos lugares y, en consecuencia, efectivos policiales intensificarán la vigilancia en los puntos, a priori, más conflictivos.