El sabio consejo de Joan Manuel Serrat

Puerto del Calatraveño

La Junta de Andalucía repite un verano más la normativa estival contra incendios y prohibe encender fuegos en el campo o en cualquier zona de monte desde el 1 de junio hasta el próximo 15 de octubre

07 de junio 2009 - 05:01

ARDE la calle al sol de Poniente. Hay tribus de gente buscando alivio cerca de los ríos. Esperando que caiga la noche están; porque hace falta valor, hace falta valor para encender fuego en Córdoba con esta secuela de calor. Amigo perolista, amante de prender llama en el campo para ponerte fino a base de paella de olor silvestre o chuletones levemente quemados, pero en su punto; llega el verano y con él toca poner a hibernar la barbacoa.

No des un mal paso; no des un mal paso; no sea que te duela la cabeza si no respetas las reglas de la secuela de calor. Y si te puede el mono pirómano, lucha contra esos deseos que te hacen la boca agua bajándote del emule aquellos versos musicados que salían con voz atonadamente ovina de la garganta de Joan Manuel Serrat hace ya casi 30 años como banda sonora de spot publicitario del Gobierno para clamar aquello de Todos contra el fuego, todos contra el fuego, ayúdanos a luchar. No olvides que esta obra de siglos es para tus hijos y la tienen que heredar. Todos contra el fuego, todos contra el fuego, nuestro bosque hay que cuidar. Que no quede muerto, que no sea un desierto, tú lo puedes evitar.

El uso generalizado del fijador y la laca para poner el pelo en su sitio de aquellos que eran bombardeados un día sí y al otro también con los sabios consejos publicitarios de Serrat ha caducado, pero no el mensaje que lanzaba el cantautor barcelonés en apenas 15 segundos de caja tonta entre programa y programa. Perolista, no olvides que tú también, como él, naciste -más o menos- en el Mediterráneo, aunque me dirás que cada loco con su tema y que contra gustos no hay disputas: artefactos, bestias, hombres y mujeres, cada uno es como es, cada quién es cada cual, baja las escaleras como quiere y enciende barbacoas cuándo y dónde le apetece darse el aparrillado festín.

Dale ejemplo a tus hijos, no sea que acaben entonándote con tintes agropop y en forma de siniestro coral algo así como Opá, vamo a apagá el matorrá, pa que no se nos queme el corralillo. Amigo, convéncete; uno se cree que a las buenas intenciones las mató el tiempo y la ausencia, pero su tren vendió boleto de ida y vuelta. Haz caso porque, como un ladrón, las llamas te acechan detrás de la puerta, te tienen tan a su merced como hojas muertas que el viento arrastra allá o aquí, que te sonríen tristes y nos hacen que... lloremos cuando se nos quema todo el monte.

Me dirás eso de niño, deja de joder con la pelota, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca. Te entiendo. No obstante, sé que si estoy en lo cierto, lo cierto es que estoy aquí, otros por menos se han muerto, por algunas maneras de vivir. [Los ecologistas de Adena aseguran que en España se declaran al año una media de 160 siniestros por las hogueras veraniegas].

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