Medio Ambiente

Cuando ruge la marabunta en Intercaza

  • Cientos y cientos de personas, muchas de ellas familias, se dan cita el sábado en el Palacio de la Merced para disfrutar de la oferta variada de la feria cinegética

Zona de expositores y de taxidermia en Intercaza.

Zona de expositores y de taxidermia en Intercaza. / Miguel Ángel Salas

El sábado es un gran día en Intercaza, el día de la gran marabunta humana en forma de visitantes. “A las once de la mañana [hora a la que se abren las puertas de la feria] había una cola de más de 300 personas esperando para entrar”, cuenta todo contento Juan Ramos Pemán, de Tierra Creativa, perteneciente a la organización. Entre esas personas estaba el pequeño Lucas y su familia, quienes, una vez abiertas lasa puertas avanzan como una plaga ávida de pasárselo lo mejor posible en la también llamada Feria de Turismo, Ocio Activo y Medio Ambiente. Lucas se dirige a la caseta de tiro a empuñar una escopeta de plomillos para intentar conseguir “un colgante del Atleti, papá, quiero ese colgante”, insiste. Colgante conseguido.

El siguiente paso es pedirle al progenitor que le compre una de las bicicletas de montaña como las que se exhiben en la muestra, antes de contemplar con los ojos como platos las rehalas de Juan Corral, Juan de Dios Pliego, Julián Contreras y Calderón-La Calle. Los perros parecen agradecer empinados en las jaulas las visitas de los más pequeños.

La marabunta desemboca en la zona de la carpa de expositores, donde es recibida por los animales disecados por Taxidermia Pedro Franco. En esa zona, Maribel López y Pedro Franco se afanan por que los atiendan cuanto antes en Cuchillos de Albacete, “¿dónde mejor para hacerse con una de esas piezas únicas”, comenta él, mientras que David Corredor, que se define como “un amante de la caza y de los safaris de aventura” negocia un viaje cinegético a Argentina en el expositor de Daniel Alberto Placenti. “Ofertamos tanto caza mayor como menor en La Pampa, lo que desee”, le explica quien lo regenta para romper el hielo.No muy lejos, Adrián Muñoz prueba su puntería en la caseta de tiro virtual que por un euro ofrece Armería Cabello. “Bien, según esta máquina voy mejorando mi puntería, lo que me viene bien para la próxima temporada de casa en el coto de Villanueva del Rey”, relata.

Mientras, al otro lado de ese espacio, en Perdices Jabalquinto, José Núñez trata de hacerse con la mejor ave de esta especie para cazar con reclamo. “Aquí todas las perdices son fruto de una selección en la que buscamos a los mejores padres para que los hijos salgan con la máxima calidad posible”, le detalla la responsable de la empresa, María López.

Las familias en masa acuden al salón de actos del Palacio de la Merced, donde hay tres exposiciones, una gran exposición de la colección de Taxidermia Mompiel; otra compuesta por esculturas de bronce cinegéticas, obras de Antonio Pérez; y una exposición más, en este caso de cetrería, con más de 40 rapaces. El responsable de esta última es José Miranda, de la empresa Cetrecor. “Hemos traído a Intercaza una pequeña variedad de aves rapaces, tanto diurnas como nocturnas; lo que más le suele llamar la atención al visitante, al que le gustan las aves rapaces, son el águila real, el búho o lo pequeño que es el autillo, pero al que es aficionado a la cetrería le llama la atención el híbrido de gerifalte negro, el halcón peregrino, el azor finlandés o el ruso, que en el mundo de la cetrería son ferraris”, sostiene.

Las familias también aprovechan el sábado de Intercaza para comer en el recinto y para llevarse a casa esas delicatessens gastronómicas que las distintas empresas del sector participantes ofertan. Es el caso de Ana Santos y Fernando Jiménez, quienes preguntan a David Martínez a cuánto les saldría la exclusiva cecina de buey que el responsable de Ibéricos Salamanca ha traído a la cita. Ana y Fernando ya han comprado anteriormente los exclusivos también embutidos de ciervo y jabalí que vende Maribel Doctor en su expositor de Productos de Caza y de Cerdo El Canito. No hay, además, quien pase en la zona gastronómica por el expositor de Ibéricos Cerroalto que no eche mano a los vasitos de “jamón del bueno” que tiene esta empresa para que los deguste el respetable, un respetable que cada sábado de Intercaza suele desplazarse cual marabunta por una cita que cumple su 24 edición.

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