El retrato de Dorian Pimentel
Puerto del Calatraveño
La Denominación de Origen Montilla-Moriles realizará su estudio clínico sobre los efectos beneficiosos para la salud que tiene la levadura en flor de sus vinos en distintos hospitales
EL Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, con su presidente, Manuel Pimentel, a la cabeza, está dispuesto a demostrar que no hace falta seguir los pasos de Dorian Gray para mantenerse eternamente joven. El personaje creado por Oscar Wilde le vendía para ello su alma al diablo cuando tan sólo le hubiera bastado con beber diariamente una copita del vino generoso que paren las viñas cordobesas. Eso sí, aliñado con los restos de la levadura en flor que atesoran esos caldos y que parece ser que tiene poder antioxidante y bactericida. La pócima puede ser tan eficaz que no hace falta -como ocurría en la obra de Wilde- que tu retrato envejezca por ti. Con el chupito diario del elixir del dios Baco, dicho cuadro no se llenará de arrugas y será el reflejo perfecto de lo que te ocurre en persona. Tu rostro y todo tu cuerpo mantendrá su atractivo y firmeza pese al paso agigantado de los años -mejor aún que si sacaras un bono vitalicio para arreglitos muy frecuentes en Corporación Dermoestética-. Mientras que lo que envejece, amoldándose al paso del tiempo, es lo que se divisa en el horizonte. Pasarán los siglos, pero no por ti.
Y es que Pimentel está convencido de que las cosas irán mejor para las tierras vitivinícolas cordobesas, como punto de inflexión para ventas en alza, cuando se conozcan, dentro de unos años, los resultados del estudio clínico sobre los efectos beneficiosos para la salud que tiene el velo de la levadura en flor y que promueve la Denominación. Para ello se van a realizar pruebas en hospitales administrando copitas a pacientes, con un campo de estudio internacional. Hay quien asegura que la levadura de flor es buena hasta para frenar los constipados y otras afecciones del aparato respiratorio, además de combatir otras dolencias como la úlcera de estómago. ¡Y lo que nos vamos a ahorrar en médicos si nos habituamos a esa copita del consumo moderado¡ ¡Y lo que se va a ahorrar la Consejería de Salud en la contratación de doctores!
Cuenta quien bien sabe de esto que el importante enólogo con apellido cafetero Juan Marcilla o el bodeguero Rafael Cruz Conde eran dados a cambiar el Cola-Cao del desayuno por su dosis diaria de ese familiar de la penicilina que incluyen como componente los vinos generosos. El segundo de ellos vivió 94 años. También cuentan que a finales del siglo XIX se hizo un estudio en una población azotada por la tisis que demostró que en los responsables de las bodegas tardaba mucho más tiempo en hacer su efecto esa terrible enfermedad que en cualquier otro ciudadano. Con estas expectativas, ¿quién no se atreve a curar con los biológicos chupitos del elixir de la uva su posible amenazante cirrosis alimentada hasta el momento con whisky, ginebra o ron? Me apunto.
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