Preocupación por Javier Marañón, el cordobés preso en Guinea Ecuatorial tras un proyecto fallido de TDT: "Necesita atención urgente"
Solidaridad
El vecino de Peñarroya-Pueblonuevo fue arrestado junto al granadino David Rodríguez en Malabo a mediados de enero
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"Está en huelga de hambre y debe recibir tratamiento urgente". Javier Marañón, natural del municipio cordobés de Peñarroya-Pueblonuevo, y el granadino David Rodríguez fueron detenidos a mediados del pasado mes de enero en Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial, tras un proyecto fallido de desarrollo de televisión digital terrestre. Los arrestos han sido cuestionados desde el principio y, de hecho, el Parlamento Europeo ha denunciado las condiciones "arbitrarias e injustas" de todo el procedimiento en base a diversas instituciones nacionales e internacionales.
El 7 de abril de 2025, los dos andaluces fueron trasladados a la prisión de Playa Negra, considerada por numerosos organismos de derechos humanos como una de las cárceles con peores condiciones de habitabilidad y salubridad del continente africano, donde se registran violaciones sistemáticas de los derechos fundamentales, tratos inhumanos y degradantes, así como la ausencia de garantías judiciales básica.
Se sabe que ambos se encuentran "totalmente aislados" como represalia a las tensas relaciones que el régimen dictatorial de Teodoro Obiang mantiene con España, y que a los dos se les ha prohibido el contacto con sus abogados y familiares tras la interceptación ilegal de sus conversaciones privadas con diplomáticos españoles.
Javier Marañón, en huelga de hambre
Tras meses de cautiverio, la salud de Javier y David "se está deteriorando gravemente", especialmente la del ciudadano cordobés, que ha recurrido a la huelga de hambre y "necesita tratamiento médico urgente", de acuerdo a las informaciones que maneja el Parlamento Europeo, que ha condenado "en los términos más enérgicos los reiterados de casos de condiciones inaceptables de detención y los malos tratos infligidos a los presos en Guinea Ecuatorial".
Este miércoles, la Diputación de Córdoba ha aprobado por una unanimidad una declaración institucional en la que advierte de que "el deterioro físico y emocional de Javier Marañón y David Rodríguez, y la falta de acceso de ambos a asistencia letrada, atención médica y comunicación con sus familias constituyen una grave vulneración de los derechos humanos más elementales, reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, todos ellos ratificados por Guinea Ecuatorial".
En la declaración leída por el presidente de la corporación, Salvador Fuentes, la provincia expresa su "solidaridad y apoyo" a Marañón y a Rodríguez, así como a sus familias, en estos momentos de "extrema dificultad", y exige al Gobierno de Guinea Ecuatorial la "inmediata liberación" de ambos ciudadanos o, en su caso, la celebración de un juicio "con todas las garantías procesales y de defensa reconocidas por el Derecho Internacional", si bien "a día de hoy no hay causa o acusación formal contra ellos". Por último, la Diputación insta al Gobierno central y a las instituciones de la Unión Europea a "intensificar las gestiones diplomáticas necesarias para asegurar su protección, garantizar su integridad física y acelerar su regreso a España".
Una llamada de socorro desesperada
Tras nueve meses de arresto, la familia Marañón se está movilizando para transmitir una llamada de socorro desesperada. Uno de los hermanos de Javier, Aarón Marañón, ha relatado en Herrera en Cope la "situación límite" en la que sobrevive en la prisión de Playa Negra y el calvario que sufre toda la familia: "Nadie nos da información ni puede visitarlos nadie", denuncia. Y advierte de que los dos detenidos, psicológicamente, "tienen que estar destrozados por completo".
Y es que, desde el pasado septiembre, se le aplican nuevos castigos: se les impide recibir comida del exterior y se les prohíbe salir al patio, por lo que permanecen 24 horas al día hacinados en una celda con otros 18 presos. Y ello sin que aún se conozca de qué se le acusa: Javier es administrativo y David, técnico de vídeo, por lo que es incongruente que se insinúe que puedan estar implicados en la estafa que, teóricamente, se les imputa, advierte Aarón Marañón.
La prisión de Playa negra fue construida en los años 40 durante la época del dominio colonial español en un sector costero de Santa Isabel (actual Malabo) muy próximo a una playa llamada Black Beach. En un principio se encarcelaba allí a delincuentes comunes, pero a partir de la independencia del país en 1968 y el establecimiento de la dictadura de Francisco Macías Nguema muchos opositores políticos fueron encarcelados y asesinados en la prisión.
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