La población de águila imperial ibérica se recupera con 23 parejas nidificantes
Jóvenes ejemplares exploran nuevos territorios en Cañete de las Torres-Castro del Río y en Guadalcázar-La Carlota El censo de 1989 era de sólo tres parejas en Sierra Morena
La población de águila imperial ibérica, una especie endémica de la Península en peligro de extinción, empieza a dar signos de recuperación. Según los últimos datos de la Delegación de Medio Ambiente, son ya 23 las parejas nidificantes en la provincia de Córdoba, frente a las sólo tres contabilizadas en el año 1989, cuando se dio la alerta sobre su pervivencia. "Son datos muy positivos y esperanzadores", expresó el delegado de Medio Ambiente, Francisco de Paula Algar, quien destacó que este incremento del censo es fruto del Plan de Recuperación del Águila Imperial Ibérica, desarrollado por la Junta de Andalucía entre los años 2003 y 2010.
Cuando este programa específico se puso en marcha, la Delegación tenía censadas únicamente ocho parejas en la Sierra Morena cordobesa, por lo que la población se ha triplicado desde entonces. "Es una evolución bastante importante", destacó Algar, quien recordó que en la década de los 80 del pasado siglo había únicamente dos territorios de nidificación -dos parejas en el Parque Natural de Hornachuelos y una en Cardeña-. Los trabajos de conservación han permitido que esta especie habite ahora en todo el territorio de Sierra Morena e, incluso, que se avecine por territorios hasta ahora no explorados.
Durante 2015, de hecho, los técnicos de la Delegación detectaron cuatro ejemplares jóvenes -no alcanzan la edad adulta hasta los 5 años- en dos zonas: Cañete de las Torres-Castro del Río y Guadalcázar-La Carlota. "Hace pocos años, era inimaginable que el águila pudiera estar en estos territorios", dijo el delegado, quien explicó que los técnicos del servicio de parques naturales se acercan a analizar las circunstancias "en cuanto tienen conocimiento" de estas incursiones. A estas cuatro parejas, de hecho, los profesionales de la Junta de Andalucía les tuvieron que suministrar "alimento suplementario", ya que la población de conejo -principal alimento de este animal- no era suficiente.
Es la primera vez que esta especie se observa en territorio sin ningún tipo de protección, lo que ha hecho que también incrementen los riesgos. Así, en el último año fallecieron cuatro ejemplares por causas no naturales: dos electrocutados, uno tras la colisión con un tendido eléctrico y el cuarto como consecuencia de las obras del gasoducto que se llevan a cabo en el término municipal de Adamuz. Como consecuencia de estos problemas, el delegado de Medio Ambiente destacó que la Junta trabaja en la "corrección" del tendido eléctrico en Cañete de las Torres-Castro del Río y en la zona de Guadalcázar-La Carlota con el objetivo de evitar peligros. Los técnicos, además, evitaron durante 2015 que se le produjeran molestias a diez parejas cuando se encontraban en proceso de nidificación.
El Aquila adalberti, como es su nombre científico, es un ave endémica de la Península Ibérica. Su hábitat se ubica en zonas de montaña o de costa; las grandes poblaciones de este animal se suelen encontrar en las zonas más arbóreas con gran población de conejos, su principal alimento. Se caracteriza por su plumaje de color marrón oscuro en gran parte de su cuerpo, salpicado de blanco en la zona de los hombros y las alas. En el caso de esta especie, las hembras suelen pesar más que los machos: las primeras, alrededor de los tres kilos y medio, mientras que los machos no llegan a alcanzar los tres kilos. Son aves longevas ya que pueden vivir más de 20 años en libertad y en cautividad pueden alcanzar los 40 años. Son monógamas y las hembras ponen de cuatro a cinco huevos cada vez, de los que suelen sobrevivir tres aguiluchos.
La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha invertido siete millones de euros en la recuperación del águila imperial ibérica en la última década. Ello ha permitido alcanzar el hito de las 102 parejas nidificantes en 2015, de las que 88 se asientan en la población de Sierra Morena (Jaén, Córdoba, Sevilla), nueve en Doñana, cuatro en Cádiz y una, por primera vez, en la campiña jiennense. Son cifras "muy significativas y esperanzadoras" para el futuro del águila imperial ibérica, puesto que si sus poblaciones se mantienen durante seis años consecutivos, permitiría que la especie dejara de estar en peligro de extinción, tal y como marca la Directiva de Aves.
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