montilla

La perrera pasará a ser un refugio para animales abandonados

  • El Ayuntamiento y Dejan Huella firman un convenio para alcanzar el "sacrificio cero"

Ana Beatriz Páez y el alcalde, Rafael Llamas, rubrican el acuerdo.

Ana Beatriz Páez y el alcalde, Rafael Llamas, rubrican el acuerdo. / alicia fernández

El alcalde de Montilla, Rafael Llamas (PSOE), y la vicepresidenta de la asociación animalista Dejan Huella, Ana Beatriz Páez, suscribieron ayer un convenio de colaboración mediante el cual el Ayuntamiento cederá durante cuatro años las instalaciones de la perrera municipal, que a partir de enero funcionará como refugio para animales abandonados. Llamas destacó que el convenio responde a un "cambio de planteamiento en la gestión de las instalaciones" y supone "avanzar un paso más en la protección animal", para lo cual el Consistorio contará con el apoyo de una asociación que lleva más de ocho años "trabajando por mejorar las condiciones de vida de los animales abandonados en Montilla, buscándoles una segunda oportunidad".

Dejan Huella cuenta con más de 50 personas socias y colaboradoras y durante su trayectoria ha dado en adopción a más de mil animales. La teniente de alcalde de Obras, Servicios Públicos, Medio Ambiente y Agricultura, Raquel Casado (PSOE), explicó que el convenio "no supone ninguna contraprestación económica", si bien el Ayuntamiento contratará los servicios de un veterinario y el suministro de pienso para los animales albergados mediante las licitaciones oportunas, para las que se ha previsto un presupuesto total de 12.000 euros para 2017. El acuerdo también incluye la gestión del programa de captura, esterilización y suelta (CES) para el control de colonias de gatos silvestres, y para el que en 2016 ya se suscribió un acuerdo con Dejan Huella que ha dado como resultado la castración en lo que va de año de más del 60% de las gatas censadas originariamente.

Dejan Huella recordó que el objetivo del acuerdo con el Ayuntamiento es llegar a una cota de "sacrificio cero" para los animales abandonados, pues los perros y gatos que hasta ahora llegaban a la perrera municipal se sacrificaban a los diez días de su captura. Actualmente, el colectivo animalista cuida 28 perros en sus instalaciones, la mayoría utilizados para la caza, una población a la que se unirán los 37 animales que ahora hay en la perrera.

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