La patrona vuelve a casa
Como cada último domingo de agosto, la Virgen de Belén retorna de su ermita a la ciudad de la Vega del Guadalquivir para presidir las fiestas organizadas en su honor
El último domingo de agosto es sinónimo de romería en Palma del Río, una fiesta en honor a la Virgen de Belén, que ayer tarde dejó su ermita para regresar un año más a casa, a su ciudad. Pero durante todo el fin de semana se sucedieron los actos tradicionales en torno a la patrona. El viernes se produjo el pregón juvenil a cargo de Raúl Molina en el Colegio de la Inmaculada Concepción, mientras que el turno de abrir oficialmente los cultos religiosos llegó el sábado con las palabras en el santuario del pregonero mayor, el salesiano Ildefonso Casas. Tras las exaltaciones previas, los fieles acudieron el domingo a la misa y al rezo del rosario de la aurora en la ermita.
Ya por la tarde, en la margen derecha del río Guadalquivir se vivieron de diferentes maneras las horas previas a la salida de la imagen mariana. Nada más cruzar el antiguo puente de hierro, a las faldas del templo aguardaron varias carrozas y caballistas con las miras puestas en acompañar una vez más a su titular. Muchos jóvenes también se concentraron en las zonas verdes del recinto para celebrar este día entre amigos, al igual que algunos vecinos vestidos para la ocasión -de corto y de flamenca- acortaban la espera mediante cantes y bailes.
Dentro de la pequeña iglesia, los portadores se arremolinaron alrededor del templete - hecho de madera en 2006- antes de sacar la imagen. A las 20:00, el tañer de las campañas indicó esa salida de la Virgen de Belén entre una multitud congregada para verla bajar a hombros por las escalinatas del lugar. Cuando la comitiva descendió hasta la parte de las carrozas, un pequeño parón sirvió para depositar la estructura de madera en una plataforma tirada por bueyes que enfilaron el puente de hierro para cruzar al otro extremo del río grande. Envuelta entre naturaleza, escoltada por jinetes y custodiada por romeros de a pie, la patrona emprendió su andadura hacia el núcleo urbano; en su camino pasó por la avenida de María Auxiliadora, entre otras, antes de llegar a la Plaza Mayor de Andalucía, donde por primera vez -después de la remodelación del enclave- los palmeños vieron cómo su patrona pisaba la nueva plaza para más tarde atravesar el arco de la Puerta del Sol y finalizar su recorrido en la parroquia de la Asunción.
Este tipo de veneración mariana ha ido cambiando con el paso de los siglos . En torno al 8 de septiembre se celebraban en la ermita rezos y plegarias para conmemorar el día de la virgen, pero la imagen no cambiada de emplazamiento, salvo cuando ocurría alguna tragedia o algo de fuerza mayor y los vecinos solicitaban que excepcionalmente fuese llevada a la localidad. Curiosamente, la construcción del puente de hierro dio un giro a la costumbre y a principios del siglo XX se iniciaron los traslados, siempre en fecha cercana del octavo día del noveno mes del año. En 1940 este rito tomó la concepción que ha desembocado con el paso del tiempo en la actual forma de trasladar la talla.
El patronazgo de la Virgen de Belén se remonta al siglo XVIII. Los vecinos pidieron dicho nombramiento en 1781, pero no fue otorgado -por el Papa Pío VII- hasta 1806. Pasados 200 años, en 2006 se celebró el bicentenario de ese título de patrona, pero en el horizonte se planteó la necesidad de coronarla, un hecho que se hizo realidad el 8 de mayo de 2010 por decreto pontificio del Papa Benedicto XVI.
Las fiestas patronales continuarán con la velada o verbena, que concluirá el 8 de septiembre, día festivo local. Por la mañana tendrá una misa en su honor en la parroquia de la Asunción. A las 08:00 saldrá la procesión, y los fieles podrán admirar su cara policromada de aspecto moreno con una ligera sonrisa y rostro afinado, obra del imaginero Luis Álvarez Duarte - quien fue el último en restaurarla-. Al filo de la medianoche, el paso regresará a la Asunción, y posteriormente se celebrará un espectáculo de fuegos artificiales junto a la salida del toro de fuego. De esta manera se pondrá fin a tres semanas de festejos entre la Real Feria de Agosto, romería y procesión, aunque los cultos -como la novena- seguirán desarrollándose todo el mes en la céntrica parroquia.
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