El regreso, más de un año y medio después, de las sesiones plenarias al Ayuntamiento de Lucena se ha impregnado de una inusual e incorregible crispación hasta converger en una conclusión repentina y bronca.

El detonante irrumpió cuando habían transcurrido poco más de dos horas de la convocatoria. La concejala de Igualdad, Carmen Gallardo, componente del equipo de gobierno socialista, acusó a los dos integrantes del grupo municipal de Vox de “empoderar” y, más aún, de “reforzar” a los maltratadores e incluso a los violadores. Esta última intervención de la edil socialista coincidía con el tramo final del debate sobre una moción por el 25 de noviembre, Día Internacional de la Violencia de Género, incluida en el punto vigésimo del orden del día.

Sin disponer de turno de palabra, inmediatamente los concejales de Vox, con una indignación acalorada y un profundo enfado. exclamaron que las manifestaciones de Gallardo suponían “una barbaridad” y que “era el colmo”. Ambos reclamaron amparo al alcalde, Juan Pérez, demandándole que “tomara parte”, ya que “está diciendo”, Gallardo, “lo que nosotros no hemos dicho” e insistían, Antonio Hidalgo y Jesús Gutiérrez, con vehemencia, en censurar que “una cosa tan fuerte se dijera en público”.

Este enfrentamiento dialéctico género un clima de incesante y agria tensión imposible de reconducir en el resto del Pleno. El alcalde, Juan Pérez, solicitaba sin éxito calma y, visiblemente frustrado y apesadumbrado, pidió una pausa, opción que rechazaron las demás formaciones políticas.

Vox, en sus alocuciones, como es norma entre los componentes de esta fuerza política, rehusó aludir a la lacra social y humana de la violencia de género como un problema estructural concreto y únicamente lo abordó desde una perspectiva de violencia global. Así, de manera genérica, volvió a propugnar, como solución, “el endurecimiento de las penas”.

En diferentes intervenciones, Carmen Gallardo sostuvo que la estrategia y la teoría verbalizadas por Vox "consiguen que las mismas víctimas no detecten que realmente son víctimas de la violencia de género", porque abanderan "el negacionismo", y "hacen creer al maltratador que lo que hace está bien y lo refuerzan en su determinación criminal". Sobre la moción, PSOE, Ciudadanos e Izquierda Unida votaron a favor y la rechazaron el PP y Vox.

Finalmente, el paréntesis propuesto por el alcalde en el desarrollo del Pleno aconteció minutos después. Juan Pérez, ostensiblemente desconcertado y decepcionado, solicitó cinco minutos e inició una reunión con su grupo. Antes, personalmente, según las fuentes consultadas, en los pasillos interiores pedía disculpas a los concejales de Vox -versión confirmada por los propios ediles-, aunque otras fuentes, desde la formación socialista, difuminan el grado de estas explicaciones.

El encuentro de urgencia entre los socialistas se alargó hasta los 20 minutos, aproximadamente, y, cuando el alcalde decidió reanudar la sesión, los cuatro grupos de la oposición -PP, Ciudadanos, Vox e IU-, ante el devenir de crispación y nerviosismo del Pleno y por la escasez de tiempo para desarrollar el epígrafe de ruegos y preguntas, más que como gesto de respaldo a Vox, matizan distintas fuentes, acordaron renunciar a intervenir en el último punto y la sesión finalizó antes de las 23:00 horas.

El PP, a través de su portavoz, Francis Aguilar, sí señalaba que su postura obedecía a una “deferencia” por las palabras proferidas contra Vox. El portavoz de Ciudadanos, Jesús López, indicaba que “esto es el Pleno de una ciudad pequeña y tenemos que convivir de otra manera, sin los espectáculos de otras cámaras parlamentarias” y, por su parte, desde IU, Miguel Villa, apuntaba que “a veces, en el acaloramiento del debate pronunciamos palabras que no son las más acertadas y nos molestamos por cuestiones que no son de tanta molestia”.

Antes de la conclusión, los ediles de Vox han eximido a Juan Pérez del episodio acontecido. Desde Vox aseguran que, además del propio alcalde, el resto del grupo del PSOE, salvo Gallardo, también les ha ofrecido disculpas. 

El alcalde, al regresar del paréntesis, expresó "disculpas" a la ciudadanía y se ha comprometido a "intentar" a que no ocurran hechos similares, ya que "siempre han transcurrido" los plenos "desde la moderación y el respeto" y "con un clima de cordialidad absoluta y normalidad". A su juicio, "no es la mejor imagen que podemos dar en una sesión plenaria".