La plaza de Santa Marina de Fernán Núñez, corazón de este municipio cordobés, cambiará por completo en los próximos meses. El Ayuntamiento ha sacado a concurso público las obras de la esperada rehabilitación, una intervención integral en la que invertirá 1,6 millones de euros y que transformará por completo el popular paseo para meterlo de lleno en el siglo XXI con una de las iniciativas urbanísticas más rompedoras ejecutadas en fechas actuales en la provincia.

Basada en el diseño del equipo Arquinexos, la nueva plaza combinará la tradición arquitectónica del lugar, con el triunfo de la patrona como principal seña monumental, con los conceptos constructivos más actuales, en los que se dan la mano la resiliencia o el cambio climático. Y siempre con la ciudadanía en el centro. El plan consiste en intervenir en la plaza y en los viarios que la circundan a la manera de una gran rotonda y en la construcción de una sala de exposiciones y multiusos soterrada donde se aplicarán los conceptos de la arquitectura bioclimática.

Uno de los aspectos más vanguardistas se materializa en un puntero plan hidrológico, que busca la reutilización de las aguas de lluvia. El líquido será recogido de forma natural entre las juntas de la pavimentación, llevado a unos canales inferiores hasta unos pozos de decantación y filtrado y, al fin, almacenado en un depósito de 12.000 litros. El ciclo continúa, pues para combatir la sequedad y el calor del clima se creará un sistema natural de climatización evaporativa. Para ello, se instalarán unos difusores en los báculos de la iluminación que proporcionarán una "cortina de agua nebulizada a lo largo del perímetro de la plaza". Eventualmente, además, este agua podrá ir tratada para la desinfección del paseo.   

Para llegar a todas estas propuestas, el equipo de arquitectos ha realizado una "profunda investigación del lugar y de sus habitantes". "Se detectó que este espacio urbano cuenta con una gran versatilidad de usos en los distintos momentos temporales del año y se ha caracterizado por ser un motor de la vida social del municipio desde que existe", explica el equipo de Arquinexos en la memoria que se encuentra en exposición pública. De ahí la "importancia" que ha tenido para los diseñadores "la búsqueda de la funcionalidad", que quedará plasmada en lo que los autores han denominado "estancias".

Una plaza dividida en "estancias"

Así, bajo la sombra de una masa arbórea de hoja perenne y de gran porte, hacia la calle San Sebastián, se crearán unas terrazas inclinadas dotadas de asientos para que "los vecinos más longevos" disfruten de "días contemplativos", y en festividades o eventos locales existe la posibilidad de usarlos como "miradores privilegiados". Será la estancia "oasis". La idea es plantar almezos con ficus de mediano porte, y en los parterres crecerán lantanas trepadoras de colores y rosales también trepadores, con los que se creará un "juego cromático en las distintas estaciones". En los parterres de las bases de los muros, por último, se sembrará jazmín chino.

También se creará la "estancia del pueblo", preparada para el juego de los más pequeños la mayor parte del año pero que será la base de escenarios desmontables para las grandes citas del municipio. Otra parte del paseo quedará configurada como la "estancia de las letras", que será un homenaje a los escritores, un "oficio en el que Fernán Núñez ha tenido una nutrida cantera a lo largo del tiempo"; recogerá citas de su versos o prosas.

También habrá una "estancia de las artes", con la que Arquinexos quiere homenajear a escultores y pintores locales. Además, albergará el actual buzón de correos, con la idea de que trasladar aquí el boca cartas que actualmente existe en la ubicación original de esta empresa pública, en la calle Ramón y Cajal. 

Signo de estos nuevos tiempos, también habrá una "estancia ecologista". Rematará el paseo en la calle Ramón y Cajal, como tributo a los vecinos y a las agrupaciones vinculadas a la naturaleza, y será un recuerdo del jardín que antaño se ubicaba en este espacio abierto. La idea es aprovechar el desnivel para crear un jardín árabe con proyección de luces y sistema de megafonía integrados.

Otra estancia será la del "espectador", como propone el equipo de arquitectos, para rematar la fachada suroeste de la plaza. Tendrá una masa arbórea que arrojará sombra durante las primeras horas del día y bancos orientados hacia la estancia del pueblo, con la idea de que sirvan como asientos improvisados para los eventos o como lugar de descanso en el día a día.

La "estancia del agua", por otra parte, consistirá en una serie de chorros que saldrán del suelo para combatir las altas temperaturas del verano; la idea es que doten de una "humedad refrigerante" al espacio y que, además, se conviertan en una "divertimento" para los más pequeños. Mientras que no estén en funcionamiento, permanecerán "completamente integrados" en el suelo, sin que provoquen "ningún obstáculo" para los usuarios.

La última estancia será la "cofrade". Se ubicará a modo de balcón sobre la entrada al edificio bajo rasante, y se utilizará como palco de la carrera oficial de Semana Santa.