Un multitud sigue a la Virgen de Araceli bajo la intensa lluvia

Las precipitaciones obligan a retrasar la salida de la patrona más de una hora y a acortar el recorrido que estaba previsto

Momento de la salida de la patrona de la iglesia de San Mateo.
Momento de la salida de la patrona de la iglesia de San Mateo.

La Virgen de Araceli recibió ayer el cariño de su pueblo, que se echó a la calle para acompañar a la patrona de Lucena. Sin embargo, no fue un camino de rosas precisamente. Así, los nubarrones que descargaron agua durante la tarde forzaron a la hermandad a retrasar hasta en dos ocasiones la salida de la Señora. Primero, hasta las 20:30 y, en segundo término hasta las 21:00, no sin antes consultar todos los partes meteorológicos posibles. Aún así, los alrededores de la parroquia de San Mateo estaban repletos de gente desde horas antes, ansiosos de desfilar ante la también patrona del Campo Andaluz y convencidos de que, un año más, una multitud de lucentinos no dejarían sola a la Señora de la Sierra de Aras.

Pero no pudo ser. La lluvia amenazante hizo acto de presencia a los 20 minutos de salir la Virgen de San Mateo. Cuando el paso llegaba al Coso desde la calle Barahona de Soto se abrieron los primeros paraguas y se cumplieron los peores pronósticos; un chaparrón incesante provocó que miembros de la Real Archicofradía tuvieran que proteger el manto de la Patrona con un plástico ante las numerosas quejas de algunos de los presentes que gritaban a la cuadrilla de santeros guiada por Rafael Romero que le dieran la vuelta y la encerraran de nuevo en San Mateo.

La lluvia, que cesó al poco tiempo, siendo un simple chaparrón aislado, provocó que tuviera que tomarse la peor de las decisiones posibles, acortar lo máximo el recorrido, de tal forma que la Virgen de Araceli sólo desfiló para dar la vuelta por Barahona de Soto, Juan Valera, bajó la calle Las Torres y por el pasillo central de la Plaza Nueva hasta llegar de nuevo a su templo mucho antes de lo previsto.

Eras poco más de las 22:00 cuando la Virgen de Araceli se encaminaba rodeada de devotos hasta San Mateo. Los lucentinos entonaban cánticos y en las caras de muchos se veían lágrimas de decepción porque no se ha podido disfrutar plenamente de la procesión, uno de los momentos más esperados. La Patrona vestía de rojo, la precedían la Aracelitana Mayor y su Corte de Honor, así como miembros de la Real Archicofradía. Tras el trono, la Corporación municipal, que también acompañó a la Virgen de Araceli en este día de risas y lágrimas para los lucentinos.

La jornada de ayer comenzó en Lucena con la función religiosa presidida por el vicario del Valle del Guadalquivir. La parroquia de San Mateo, llena a rebosar, mostraba un colorido espléndido, fruto de la gran cantidad de flores que los devotos llevaron el sábado a la Virgen de Araceli. La Coral Lucentina, acompañada por la Orquesta del Conservatorio profesional de Música Maestro Chicano Muñoz bajo la batuta de Francisco Serrano Luque, realzaron aún más el acto.

Así, sonaron piezas como la Misa del Campo Andaluz, obra del compositor local Antonio Villa Álvarez de Sotomayor. Tras casi dos horas, el vicario episcopal bendijo el nuevo estandarte de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, una copia idéntica al que desde 1773 se ha usado en el desfile procesional y que a partir de ahora se va a exponer en la Casa Museo de la Virgen.

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