Campiña Sur

Moriles inaugura un centro de acogimiento para menores tutelados por la Junta

  • La Administración encomienda a la Fundación Samu la gestión de la residencia, con ocho plazas

  • La alcaldesa apela a la solidaridad y al espirítu de acogimiento con unos jóvenes "sin familia"

Visita de la delegada territorial de Políticas Sociales y la alcaldesa al nuevo centro de acogida de Moriles.

Visita de la delegada territorial de Políticas Sociales y la alcaldesa al nuevo centro de acogida de Moriles. / El Día

Un nuevo centro de acogimiento alojará en Moriles a ocho menores separados, por distintas causas, de sus familias y tutelados por la Junta de Andalucía. El aprendizaje educativo, la inculcación de conductas positivas y una atención integral configuran los objetivos capitales de estos lugares residenciales de naturaleza social.

La Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación ha decidido implantar en la localidad de la Campiña Sur este recurso asistencial y solo hace unos días comunicaba al Ayuntamiento una apertura que acontecerá el próximo martes.

La Administración autonómica confiere a la Fundación Samu, especializada en el cuidado y formación de niños, adolescentes y jóvenes, la gestión de esta casa de protección. Esta entidad, acreditada en el campo multifuncional de la acción social, ha alquilado un inmueble privado.

En un principio, ocho residentes, de entre 13 y 16 años, provenientes de diversos puntos de España o de otras latitudes, convivirán con un equipo expresamente cualificado de 11 profesionales.

La delegada de Políticas Sociales, Inmaculada Troncoso, ha visitado las nuevas instalaciones, donde ha transmitido “un mensaje de tranquilidad ya que este tipo de casas tuteladas existen o han existido en varios pueblos como Doña Mencía o Montemayor”. Sintetizando el propósito, ha indicado que la Junta pretende “ayudar a menores sin familias o que necesiten un apoyo educativo”.

El centro funcionará dos años como máximo

En las últimas semanas, Samu ha acometido obras de rehabilitación y acondicionamiento de la vivienda que regentará por un máximo de dos años. Unas intervenciones igualmente desconocidas por el Consistorio.

La alcaldesa, Francisca Carmona (PSOE), ha aseverado por su parte que, por principios y consciencia, siempre abanderará “la defensa de los intereses de estos menores que, sin familia, requieren de un esfuerzo de la administración para su formación, tutela y educación”.

Carmona emplaza a su municipio a corroborar la solidaridad y la hospitalidad que le caracteriza. “El reto se demuestra acogiendo y ayudando a estos menores que no tienen a nadie que los guíe”, enfatiza, al tiempo que sentencia que “las sociedades son grandes cuando son solidarias e intentan integrar”.

La regidora socialista pondera que “un menor de edad abandonado en la calle, probablemente será un problema, para él como persona y para lo sociedad, porque lo rechaza”. En cambio, contraponiéndolo, “un menor formado, educado e integrado será una persona con porvenir, tenemos muchos que vinieron como inmigrantes y ahora son abogados y médicos”. Concluye Carmona con una idea que simplifica su razonamiento: “la condición de buena persona no la da el origen, sino tu propia condición”.

 

 

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