Fomentar un consumo de energía más eficiente y autoabastecida; potenciar la renaturalización de los caminos rurales para la creación de corredores verdes; elaboración de un inventario de pozos y fuentes y su recuperación; aplicar el IBI de la vivienda urbana en función de la calificación energética de la vivienda o restaurar las lagunas. Estas son solo alguanas de las medidas que incluye el Plan de Adaptación al Cambio Climático de Montilla, un documento redactado por la empresa Sensibilidad a Medida, capitaneada por Juanjo Amante, y que recientemente se ha dado a conocer con una presentación celebrada en el centro cultural Alcalde Antonio Carpio. 

El objetivo es “que la ciudadanía conozca las medidas de este plan para hacer, si caben, alegaciones hasta el 30 de septiembre”, ha explicado la concejala de Medio Ambiente, Raquel Casado (PSOE), quien ha destacado que la localidad es "pionera en Andalucía" al dotarse de un plan de estas características.

“Se trata de un documento que, partiendo de los escenarios de cambio climático que pueden darse a nivel global, se trasladan a escala del municipio para estudiar qué efectos previsibles vamos a tener en Montilla a medio y a largo plazo y, en función a estos, establecemos un plan de acción”, ha explicado la edil.

El verano ha sido “un simulacro de lo que nos espera”, ha señalado Juanjo Amate. “De hecho, el escenario de un grado más de temperatura, que es a partir del cual se dan cambios importantes en el clima, en la actividad económica y en la calidad ambiental, se supone que no llegaría antes de 2040. Para finales de este siglo, se prevén incrementos de tres y cuatro grados centígrados”, ha abundado.

También en cuanto a las precipitaciones, “el descenso será importante en toda la zona mediterránea y, en concreto en Montilla, se podría hablar de que a finales de este siglo llovería un 30 ó 40% menos de lo que llueve actualmente, que ya de por sí es una cantidad bastante baja”, advierte.

Para responder a este futuro, según la responsable de Medio Ambiente, se van a tomar una serie de medidas que de momento son medidas soft, es decir, suaves, relativas al de cambio de hábitos y de concienciación.

Habrá, por ejemplo, medidas en relación al turismo que tienden a desestacionalizarlo; otras destinadas al sector agrícola, “como intentar que se planten cultivos más adaptados a las nuevas condiciones”, o medidas para la industria, “ya que uno de las principales problemas es la enorme dependencia energética”.

También en las ciudades, por ejemplo, en relación a las formas de movilidad y al modelo de ciudad, se tomarán medidas, como por ejemplo en los parques urbanos, “donde se reducirá el césped debido a la cantidad de agua que se emplea en su mantenimiento, excesiva para los recursos hídricos. “Además, se tenderán a plantas más adaptadas y que tengan menor demanda de agua", ha explicado. De ahí que el "simulacro" en el parque ubicado frente a La Unión, en el que se ha instalado un jardín serófilo con cactus y plantas suculentas donde antes había césped.

Prioridad a la sensibilización de la ciudadanía

Según ha explicado el autor del plan, de momento las medidas son de sensibilización y de inversión para que determinados servicios municipales vayan incorporando esta visión. Y, en cuanto a los hábitos ciudadanos, la prioridad ahora es “trasladarles cuál es la situación y sobre todo sensibilizar del cambio de hábitos para adaptarse a la situación”. “Por ahora no se plantean medidas más exigentes y esperamos que en el futuro no sean necesarias porque significaría que la población de Montilla ha sabido adaptarse”, ha incidido Amate.

En este sentido, la concejala de Medio Ambiente ha señalado que en Montilla existe "una cierta conciencia y hay numerosos colectivos y sectores muy comprometidos que consideran estos temas como propios y prioritarios". Aunque, al mismo tiempo, "existe un amplio porcentaje de población que no está tan concienciada”, ha lamentado.

En todo caso, la localidad ha conseguido reducir en 300 metros cúbicos al día la cantidad de agua que se consume, de manera que ahora se está en 170 litros por habitante y día. Se trata de "un consumo elevado pero que está por debajo de la media de la provincia, que se encuentra en 250 litros por habitante y día”, ha comparado Casado.