Campiña Sur

Ni tumbas ni salinas, 28 años después se desvela que en la Laguna de Zóñar solo hay raíces de cañizo

Lugar en el que se ha llevado a cabo la excavación.

Lugar en el que se ha llevado a cabo la excavación. / Efe / Francisco Sánchez Polaina.

La Laguna de Zóñar, ubicada en Aguilar de la Frontera, no tiene en su lecho ni una necrópolis ni unas salinas. Lo que hace 28 años se creía que era un yacimiento arqueológico son, probablemente, hundimientos del terreno producidos por "razones de naturaleza geológica".

El informe de la arqueóloga del Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, Carmen Carbajo Cubero, sobre la excavación llevada a cabo gracias a la disminución de la lámina de agua de la laguna, descarta la existencia de algún resto arqueológico.

En 1995, el Área de Prehistoria de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba localizó "al menos 25 estructuras excavadas en el terreno natural, con forma rectangular". De su "aspecto externo parece deducirse que se trata de una posible necrópolis, aunque no podemos descartar otras funciones", como podrían ser "unos depósitos para la retención y evaporación de agua para la obtención de sales", afirmaba el proyecto de intervención que iba a ser dirigido por el profesor José Clemente Martín de la Cruz.

El proyecto fue aprobado el 6 de noviembre de 1995 por la Junta de Andalucía. Esta actuación no pudo llevarse a cabo porque entre noviembre y diciembre de ese año cayeron sobre Zóñar 250 litros de lluvia por metro cuadrado y el agua terminó por cubrir la zona.

En julio pasado, con la sequía, personal de la Junta de Andalucía localizó de nuevo la zona marcada hace 28 años y el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, "tras una primera valoración del sitio, se planteó (como) necesario un estudio arqueológico más exhaustivo que permita determinar si realmente se trata de un yacimiento arqueológico y la potencialidad del mismo, adscripción", según el informe de la intervención arqueológica llevado a cabo ahora.

El lago natural más grande de Andalucía

La zona donde se ha actuado buscando los restos se encuentra en la orilla Sur de Zóñar, el lago natural más grande de Andalucía, una reserva natural protegida desde 1984 y que fue el refugio en 1977 de la última población de malvasía cabeciblanca de Europa.

En la actualidad, "se trata de un contexto muy arenoso al haber sido lecho acuático hasta apenas hace unos meses", que "presenta restos de cañaverales y se localiza entre el borde de la lámina de agua y la frondosa vegetación que crece en la orilla".

"Debido a la abundancia de raíces de cañizo y cañaveral en la zona sujeta a estudio, estas han podido provocar espacios en el subsuelo que antes de la regresión de la laguna estaban ocupados por agua, al desaparecer el agua, se han rellenado de tierra, lo que ha provocado el hundimiento de la capa vegetal, dando la sensación equivocada en superficie de que podría tratarse de espacios huecos en el subsuelo, resultantes de la acción antrópica", argumenta la arqueóloga como posible causa de la confusión.

La excavación únicamente ha podido documentar tres estratos geológicos: uno primero, "arcilloso, arenoso con alta concentración de materia vegetal, de color marrón; el segundo, más amarillento y arcilloso, también con una alta concentración de raíces y materia vegetal, y el tercero prácticamente limpio, arcilloso y gris azulado, más compacto y homogéneo en su composición", señala el informe arqueológico.

Excavación de 90 centímetros de profundidad

La actuación ha profundizado hasta los 90 centímetros hasta determinar que "los estratos documentados son geológicos" y que "no se advierte ningún indicio de acción antrópica".

Diversos estudios datan la presencia humana alrededor de la laguna desde el Paleolítico Medio, entre el año 120.000 y el 40.000 antes de nuestra era, lo que se justifica por la presencia de agua y alimento, recursos naturales necesarios para la vida.

En una publicación de 1981, Juan Bernier sitúó a unos quinientos metros de la Laguna de Zóñar, entre el antiguo trazado de la carretera Aguilar de la Frontera-Puente Genil y la vía del ferrocarril Córdoba-Málaga, el hallazgo de siles tallados, principalmente microlitos.

Los arqueólogos Juan Murillo y María Dolores Ruiz determinan una cronología del Bronce Pleno para Zóñar, tras el análisis de la cerámica encontrada durante la plantación de unos 3.000 metros cuadrados de olivar, con ausencia de ocupación calcolítica previa y del Bronce Final Tartésico posterior.

En los alrededores de la laguna se han descubierto desde su protección medioambiental varios vestigios arqueológicos, uno de ellos prehistórico, que se tiene por un yacimiento lítico consistente en un pequeño poblado de la Edad de Bronce y varios de la ocupación romana.

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