dos torres

Un fin de semana de oca en oca

  • La localidad de Los Pedroches se convierte en un gran tablero de juego en el que 39 equipos pugnan por alcanzar el éxito de la última casilla

Semanas de trabajo y preparación culminaron anoche en la instalación de un enorme tablero gigante por las calles de Dos Torres. Se celebraba la quinta edición del Gran Juego de la Oca, uno de los eventos del verano en Los Pedroches, que congrega a más de 500 personas entre jugadores y voluntarios para hacer posible una gran aventura entre prueba y prueba y de oca a oca.

Con la caída de la tarde, el municipio estaba impregnado de los distintos colores de los 39 equipos que participaron en esta divertida batalla marcada por las altísimas temperaturas. Pruebas de habilidad, de inteligencia, de esfuerzo… Y todas secretas hasta que la suerte de los dados hace que un equipo caiga con su ficha en una casilla y conozca lo que les deparará el tablero. Es esa incertidumbre, ese desconocimiento de qué pasará, lo que añadía un extra de emoción y nervios a todos los participantes.

Y entre toda esa mezcla de colores destacaba uno por encima de todos: el naranja de la organización, los llamados Organizacuaks. Nada más y nada menos que 170 son los voluntarios que hacen posible que el Gran Juego de la Oca pudiera celebrar su quinta edición. Dentro de todas estas figuras, estaban los llamados mansos, voluntarios que acompañan a cada uno de los equipos y cuya labor fue clave para dictaminar el resultado de las distintas pruebas que se encontraban conforme lanzaban los dados y la suerte les sonreía… O no.

De esta entrega de su equipo organizador se sentía especialmente orgulloso Manuel Torres (PP), alcalde de Dos Torres, que aseguró que "un proyecto así, de esta envergadura, sería imposible de realizar sin gente tan involucrada que se vuelca en poder llevarlo a cabo". Sobre lo que supone para su municipio la celebración de una nueva edición del Gran Juego de la Oca, Torres destacó "la expectación que genera y lo que supone para nosotros ver a nuestro municipio lleno de juventud y de colorido durante el fin de semana".

Por su parte, Dionisio Cuenca, presidente de la Asociación Cultural del Gran Juego de la Oca, destacó "esa incertidumbre que tienen todos los equipos por no saber cómo son las pruebas, algo que se mezcla con el deseo de saberlo todo". Y aseguró que "esa emoción de los jugadores es lo que hace que todas las pruebas se vivan al máximo en cada una de las tiradas de los distintos equipos". Cuenca también subrayó "el crecimiento significativo que el Gran Juego de la Oca experimenta de edición en edición", y recordó que en la primera edición había sólo diez equipos. Cinco años después, ya son 39 grupos, con 312 jugadores y 170 voluntarios.

Llegó entonces el momento de comenzar a tirar. La música, el buen ambiente y el público se agolpaban por las calles de Dos Torres antes de que los equipos comenzaran a mover sus dados. El orden de salida, decidido en la noche del viernes con la celebración de una prueba clasificatoria en la que tenían que pasarse un balón gigante de plástico, puede ser vital de cara a las aspiraciones de los participantes a alzarse con el triunfo en esta gran aventura de colores.

Algunos de los participantes mostraban su alegría y su incertidumbre por no saber nada de lo que iba a pasar a continuación. Carolina, por ejemplo, contó que estaba "muy nerviosa, porque era su primera participación", y tenía muchas ganas de disfrutar como jugadora tras varios años dentro de la organización. También explicó que le gusta que "participe gente de todas las edades, porque éste es un fin de semana para disfrutar del deporte sin disputa y sin competencia, esto es pura diversión". Sobre la incertidumbre de no conocer las pruebas, dijo que era "muy importante, pues todo es improvisación y de disfruta más".

José Antonio, también participante en uno de los equipos, destacó "la organización que hace posible el Gran Juego de la Oca, que nos facilitan todo a los jugadores y hacen que sea más divertido". También habló de "lo emocionante que es que las pruebas sean nuevas, algo que hace que todo sea más divertido", y comentó para concluir que esperaba que su equipo "cayera en la prueba de la piscina para escapar un poco de la ola de calor".

Fue entonces cuando todo se puso en marcha y el mapa del tablero se desplegó por las calles de Dos Torres. Los equipos se revolucionaron y, acompañados por sus mansos, comenzaban a tirar sus dados para ver lo que la suerte les iba a deparar en una calurosa noche de agosto. Arrancó entonces toda una sucesión de pruebas con nombres tan sugerentes como el buscaminas, Agarra con las garras, El anillo pa cuando, Te tengo en el saco o Mente fría, sin olvidar casillas clásicas del juego de mesa como los puentes, la cárcel, la posada, el laberinto o, por supuesto, la temida muerte. Un total de 45 pruebas que hicieron las delicias de todos los participantes hasta bien entrada la madrugada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios