Subbética

La Escuela de Teatro Duque de Rivas de Lucena escenifica sus 25 años en el Festival de Almagro

  • El centro participa en uno de los festivales de mayor prestigio con la obra Ni come ni deja comer

  • La entidad lucentina es finalista, en la modalidad de Barroco Infantil, junto a otras candidaturas extremeña, gallega, valenciana y de Argentina

Representación de 'Ni come ni deja comer', en el Teatro Municipal de Almagro.

Representación de 'Ni come ni deja comer', en el Teatro Municipal de Almagro. / El Día

La Escuela Duque de Rivas, implantada desde hace 25 años en Lucena, abraza, en la culminación de su juventud, su laurel más eminente con su despliegue en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro y con la conmemoración del primer cuarto de siglo en la cúspide artística del Siglo de Oro español. 

Los ladridos inocentes de El perro del hortelano han transportado a este colectivo didáctico a uno de los certámenes más prestigiosos del país y que goza de superlativa influencia y reputada proyección en el mapa internacional.  

Una obra concebida por Rafael Negrete-Portillo, denominada Ni come ni deja comer, inspirada en la comedia de Lope de Vega, ha catapultado a la entidad lucentina a un firmamento de acreditada excelencia. La edición 2018 del Premio Barahona de Soto, promovido por el Ayuntamiento de Lucena, distinguió, con el máximo galardón, en la categoría Morales Martínez, al trabajo del mencionado polifacético madrileño, cuyos renglones y diálogos encandilaron, sin discrepancias, al jurado.

A aquel órgano calificador pertenecía José Luis Pineda Ortega, director en la adaptación y escenificación de Ni come ni deja comer. “Era una maravilla de obra, muy atractiva, y desde primera hora tuve muy claro lo que quería hacer”, relata Pepelu. Estrenada en la Semana del Teatro 2019 de Lucena, los integrantes de la Escuela Duque de Rivas supieron hace dos meses que la recrearían en la cuadragésima tercera edición de un encuentro de resonancia mundial como protector inconformista de un legado inestimable de la cultura española.

La selección de las cinco propuestas finalistas, en la modalidad del Barroco Infantil, integraba la candidatura lucentina, junto a otras compañías valenciana, extremeña, gallega y, también, argentina. “Diría que sí”, acierta a afirmar Pepelu al calibrar si la presencia en el Teatro Municipal de Almagro –“precioso, un bomboncito”- es el éxito de mayor dimensión de este centro instructivo. “La escuela ha estado en muchos festivales y ha ganado premios, pero este tiene relevancia internacional, uno de los que más importancia tiene en España y en otro países”.

Un cuarto de siglo de trabajo educativo

Las consabidas y racionales restricciones por la pandemia han impedido una función pública y presencial de la obra. Los actores lucentinos –Joaquín Serrano, Rosa Ruiz, Maribel Peñalver, Toñi Jiménez y Paula Ramírez- recrearon, el pasado jueves, las peripecias de La Gangrilla a Villaproscenio, a puerta cerrada, y la representación se emite, durante los siguientes días, en una plataforma web. “Gustó bastante”, indica José Luis Pineda, quien reconoce que “hasta los técnicos que nos grabaron nos felicitaron, y ellos eran adultos, me quedo con eso, porque era para niños”.

Ni come ni deja comer, en una trama de 65 minutos, avanza contra la consumación de la profecía que augura la desaparición de los textos clásicos, encomendándose, entre un perro, una gata, una actriz chillona, un perro y una alcaldesa, como último paradigma a El perro del hortelano.

Creadores, profesionales y especialistas en teatro barroco comparten reflexiones y pasajes históricos del teatro en una localidad monumental donde sobresale el Corral de las Comedias, icónico y exclusivo espacio escénico del siglo XVIII. De mil gustos de amor el alma llena es el lema del presente Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, a celebrar entre el 14 y el 26 de julio.

“Todo esto es un reconocimiento, un punto más al valor de todo el trabajo que hacemos este equipo educativo, desde hace 25 años”, expone José Luis Pineda, al frente de un plantel compuesto igualmente por Araceli Flores, como técnico de iluminación; Lara Carrasco, ideóloga y artífice del cártel y de los dibujos; y asumiendo el diseño del vestuario, Isabel Alba.

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