Campiña Sur

Una empresa de Montilla asegura energía limpia para el riego de la comunidad del Bembézar

  • Hyfotec ha instalado esta planta en Peñaflor y beneficia el riego en Hornachuelos y Palma del Río

La comunidad de regantes del Bembézar cuenta, desde el pasado mes de agosto, con una planta fotovoltaica que suministra energía a los trabajadores con cultivos entre los municipios de Hornachuelos y Lora del Río. Con ella, entre los meses de abril y octubre cuentan con una alternativa energética que le permite a toda la comunidad ahorrar la mitad de su consumo anual para estas labores y mantener una actividad sustentada, en la medida de lo posible, en una energía limpia y beneficiosa para el medio ambiente.

Así lo explica el director de proyectos y obra de Hidráulica y Fotovoltaica (Hyfotec), Ladislao Padillo, que ha estado a cargo de realizar la intervención en la estación de Peñaflor y asegura que “la comunidad realizó un estudio que demostraba que se reducía el ahorro al 50% con la planta fotovoltaica, y el gasto más importante para ellos es el energético”. En concreto, el representante de esta empresa de Montilla asegura que la factura energética, hasta ahora, era de un millón de euros anuales, con lo que a partir de 2021 se espera reducir 500.000 euros.

Así, la empresa realizó la intervención y desde el 10 de julio la energía para el riego se divide entre la generada por las placas solares y la energía eléctrica. Esto conlleva, además, “la gran ventaja para el medio ambiente”, y es que la planta permitirá que se deje de emitir alrededor de 3.000 toneladas de C02 anualmente.

El 40% de la comunidad, compuesta por casi 1.200 agricultores, se encuentra en Córdoba, en los municipios de Hornachuelos y Palma del Río, y se divide en 11 sectores de riego que funcionan con la energía que llega desde la planta de Peñaflor. Hasta este verano lo hacían con los 11 millones de kilovatios por hora que generaba, mientras que la planta fotovoltaica a pleno rendimiento es de 5,2 megavatios. Con ello, Padillo asegura que “una planta como esta, y con esta potencia, no hay ninguna en España, e incluso me atrevería a decir que no la hay en Europa”.

La empresa montillana inició las obra en el mes de enero y recibió parte del material y “por suerte los paneles nos llegaron antes del confinamiento, porque después comenzamos a tener problemas para recibirlo” debido al estado de alarma. En mayo “logramos darle un empujón” a toda la obra para conseguir que la planta estuviese disponible al menos para parte de la temporada de riego, que arranca en abril y concluye en octubre. Todo ello se consiguió siguiendo las medidas de seguridad y con jornadas continuadas, lo que permitió evitar contagios y concluir las obras a tiempo.

Padillo asegura que este año ha servido “para poner en marcha la planta y solucionar las pequeñas incidencias, ninguna grave, que han surgido”, con lo que en la temporada que viene todo estará listo para funcionar durante todos los meses de riego.

Las obras han estado muy marcadas por la evolución de la crisis sanitaria y las restricciones de la movilidad de los ciudadanos, así como por el cierre de hoteles. Padillo indica que de marzo a abril “hubo muchos retrasos con el material porque los transportistas no tenían sitio para dormir”, a lo que se suma que se haya desarrollado “una situación tan extraña que genera muchas dudas”.

La planta tiene un funcionamiento de autoconsumo, por lo que “no vendemos los excedentes de energía”, sino que procuran aprovechar lo que se produce en el mismo día. Esto también repercute “en los días en los que haga menos sol porque esté nublado o sea más corto; entonces tendremos que tirar de la energía eléctrica”. No obstante, desde la comunidad de regantes del Bembézar se plantean “salir al mercado para no estar tirando la energía que podemos producir en los meses que no son de riego y que se quedan sin uso”, apunta el director de proyectos de Hyfotec.

En este sentido, recuerda que la planta fue construida “con un sistema de inyección cero, bastante costoso, que permite que la energía se use siempre que se produzca”, pero no que se almacene. Así, destaca que “por poco que se produzca, es energía que se puede usar” y que además pueden generar beneficios para la comunidad.

Finalmente, Padillo apunta que para los agricultores “el cambio entre la energía de la planta fotovoltaica y la eléctrica no se nota para nada”, por lo que el sistema permite tener todas las ventajas sin afectar negativamente a la actividad. “El riego se produce con normalidad sea con la energía que sea, ni siquiera se nota el corte entre una y otra”.

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