Alto Guadalquivir

La Diablilla recorrerá Montoro en varios itinerarios el lunes 23 de agosto y en la mañana del martes

  • El Grupo Amigos de La Diablilla anuncia varias rutas para evitar aglomeraciones

La Diablilla, en Montoro, antes del covid.

La Diablilla, en Montoro, antes del covid. / El Día

La Diablilla, una de las tradiciones más arraigadas del verano en la provincia de Córdoba, se dejará ver este lunes y martes, 23 y 24 de agosto, en Montoro como manda la tradición en la víspera de San Bartolomé, el patrón, para asustar a niños y mayores. 

"Por los pasillos de la parroquia de San Bartolomé se ha oído que La Diablilla está fraguando su plan. De rumor en rumor hemos sabido por dónde pasará este demonio, si consigue salvarse unas horas del apóstol San Bartolomé", ha anunciado el Ayuntamiento montoreño en redes sociales.

Respetando todos los protocolos covid y para evitar aglomeraciones, no habrá juegos de agua. Eso sí, el Grupo Amigos de La Diablilla y el Ayuntamiento, con la colaboración de Protección Civil, han organizado varios itinerarios. El primero es este lunes entre las 11:00 y las 15:00 en la plaza de España, la residencia Nuestro Padre Jesús Nazareno, El Charco, Cervantes, el Plano de Feria, la avenida de Andalucía, Herrerías, Corredera y de nuevo plaza de España.

Por la tarde, de 20:30 a 23:30, recorrerá Huertos Familiares, la ronda Terrín Benavides y el bar Puente Nuevo.

El martes habrá la última oportunidad para encontrarse con el ser maligno. Volverá a estar en la calle de 11:30 a 13:00 por el barrio del Retamar, plaza de España, Santos Isasa, Antonio Garijo, Coracha, Santiago y, por último, plaza de España.

El límite de las fechorías de este ser lo pone tradicionalmente la procesión del mártir en lo que significa una representación de la lucha del bien contra el mal que se remonta al 24 de agosto de 1240, fecha en que Fernando III el Santo arrebató definitivamente la ciudad a los musulmanes. Entre un momento y otro pasan 24 horas, una jornada entera que la Diablilla aprovecha para repartir sustos mientras los vecinos intentan esquivarla.

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