Roscos, buñuelos, ojuelas o fideos. Quienes se acercaran ayer a Fuente La Lancha tuvieron la oportunidad de degustar estas especialidades de la repostería local con motivo de la VII Feria del Dulce, una reivindicación de las recetas reposteras más puras de Los Pedroches en plena época del bollo industrial. La cita tuvo lugar desde primera hora de la mañana en la plaza de Sotomayor y Zúñiga, en el centro del municipio, donde los vecinos prendieron varias candelas y pusieron a hervir los fogones de aceite.
No de oliva, sino "del malo", de girasol, como explicó entre bromas Venancia Algaba, una vecina de 62 años que preparó dos docenas de ojuelas o flores, como se las conoce en otros municipios. Una docena de huevos, 350 gramos de harina, un vasito de agua y "una poca sal" son todos los ingredientes necesarios para armar estos dulces típicos, que requieren también de un molde de hierro que les da su forma típica. "Es mucho más fácil de lo que parece. Lo fundamental es que el hierro esté caliente cuando se echa la masa, porque si no no sale", explica la vecina.
Son recetas que pasan de generación en generación y a las que cada familia da un toque diferente, con más azúcar o más canela, una pizca de miel, la masa más densa o más suave. El resultado, casi siempre, es igual de delicioso, como lo demostró el hecho de que los casi 800 dulces que se preparon se agotaron en la degustación que tuvo lugar por la tarde. Este año, la feria ha contado con un presupuesto de 5.000 euros, recordó el alcalde, José Chaves (PSOE). La programación incluyó conciertos de copla y un hermanamiento con el municipio vecino de Dos Torres.
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