La defensa de la naturaleza

Planes contra incendios forestales

Los operarios y técnicos del plan Infoca intensifican sus planes de prevención y extinción de incendios durante estas fechas para velar por la protección de los bosques, así como de las vidas humanas.

La defensa de la naturaleza
La defensa de la naturaleza

10 de septiembre 2012 - 05:01

Los técnicos del plan Infoca deben conocer bien el terreno, así como el mecanismo y el proceso de funcionamiento de los medios con los que cuentan para ejecutar su misión con éxito; deben saber usar los maquetones, mangueras de impulsión, el bambi del helicóptero, el sistema de walkies, los camiones cisterna y todoterreno y otros muchos elementos con los que cuentan. Para ello, los operarios acuden a clases teóricas y formativas para conocer el terreno y las características de los dispositivos antiincendios, así como lo planes de actuación que deben ejecutar ante las diversas situaciones y cambios repentinos que puede presentar el transcurso de un incendio. "Es un trabajo muy imprevisible, y como un incendio es un fenómeno vivo, estás trabajando sin saber que puede pasar después, por tanto hay que estar siempre alerta", insistió Eduardo Nicolás, director de la Central Operativa Provincial (COP).

La provincia de Córdoba está dividida en tres Centros de Defensa Forestal (Cedefos): el Cedefo de Villaviciosa abarca la parte noroccidental de la provincia; los Montes Comunales de Adamuz en la parte nororiental; y el Cedefo de la parte sur se encuentra en Carcabuey, que controla toda la zona sur y la Subbética. Además, la pequeña base de El Cabril se encuentra también en la zona noroeste; esta base tiene un componente especial porque también cuenta con un helicóptero y otros medios operativos proporcionados por un convenio con la Junta.

"La base de El Cabril nos supone un apoyo importante a la hora de coordinarnos y trabajar en conjunto pues nos proporciona dos helicópteros y más refuerzos, destacó Pablo Morillo, técnico de operaciones de la unidad CE-207 de Villaviciosa". Cada retén de tierra lo constituyen siete componentes dirigidos por un jefe de grupo. Y cada unidad cuenta con un transportador, un sistema de alarmas y un vehículo de extinción. Por otro lado están los helicópteros, que a diferencia de los aviones pueden llenar el bambi -cisterna en la que cargan y descargan el agua- en cualquier río o piscina y desplazarse rápidamente, mientras que los aviones necesitan un espacio más amplio como embalses porque no cargan directamente en tierra.

El sistema de alarmas es muy sofisticado. A través de los avisos desde la Central Operativa o el 112, las alarmas saltan como un disparo y los operarios activan todos sus mecanismos de acción para desplazarse hacia el lugar del incendio. Los helicópteros siempre llegan antes para realizar las labores de reconocimiento y enviar las primeras imágenes de la extensión y la altura de las llamas para emplear la técnica de extinción más adecuada. En este punto los sistemas de señal por emisoras son fundamentales, sobre todo para comunicar y dar instrucciones y órdenes entre el helicóptero, los retenes de tierra y los jefes de operaciones.

"El helicóptero es siempre el primero en identificar y describir el incendio, así como el primero en combatirlo pues el agua que arrojamos sirve también de indicador a los retenes de tierra para acudir allí", destacó el piloto en el Cedefo de Villaviciosa, Rafael Hidalgo. Cuando el retén llega a la zona próxima al incendio, los operarios del Infoca trazan un línea en e suelo con escardillos para evitar que el fuego se propague, y esa línea servirá de apoyo al retén para comenzar a apagar el fuego desde fuera hacia la boca del fuego.

Hay varias tácticas empleadas contra la acción del fuego: el ataque directo, donde se apaga el frente de llama con una combinación de medios aéreos y terrestres. En caso de que el frente de llama sea demasiado intenso, se utiliza el ataque indirecto, en el que se emplean retardantes, cortafuegos químicos, aunque "también son muy favorables las cumbre o pendientes, las zanjas en los bordes de carreteras, caminos y otros cambios en la holografía del terreno que actúan también como cortafuegos naturales", insistieron los efectivos de la unidad CE-207. También, en otras ocasiones, es necesario crear un fuego técnico en la táctica del contrafuego, con la que los operarios crean un fuego, controlado en todo momento, y se une al frente por el viento que generan las llamas, los técnicos pueden controlar de manera más factible el incendio pues la unión de los dos frentes reduce su fuerza. "El problema no es el fuego, sino el viento que generan la propia acción de las llamas", destacaron los miembros de la unidad forestal CE-210, ubicada en la zona de Los Villares.

Los incendios se distinguen por niveles de gravedad: el nivel uno supone el mayor índice de gravedad pues entra en peligro patrimonio natural y humano, así como propiedades de los vecinos. Por supuesto, la Unidad Militar de Emergencia (UME) de municipio sevillano de Morón de la Frontera acude también en las labores de evacuación de personas y extinción del fuego. Una vez que se ha controlado el fuego y repasado todos los puntos donde podrían resurgir nuevos conatos debido, sobre todo, a la elevada temperatura que registra el subsuelo, es el turno de la Brigada de Investigación Forestal (BIF). Ellos se encargan de determinar las consecuencias del fuego en el terreno afectado, así como el tipo de vegetación calcinada y el tiempo de recuperación que necesita y lo más importante, el origen y la intencionalidad o no del incendio.

Los bosques son los pulmones de la sociedad y por ello, deben ser protegidos. Este es el trabajo que los efectivos del Infoca cumplen cada día, aunque la protección debe iniciarse en la consciencia de cada uno.

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