La calle de la aldea de El Palomar de Puente Genil en la que Francisco Sánchez El Rubio de Trenas vivió durante 60 años y un día está rotulada con su nombre desde el pasado viernes. Fue el lugar donde transcurrió su vida, trabajando en su pequeño supermercado, pero también donde injustamente encontró la muerte al ser vilmente asesinado por Rafael Guerrero, uno de sus vecinos. Este trágico suceso, que ocurrió el 18 de octubre de 2007, conmovió a la mayoría de los habitantes de Puente Genil y, especialmente, a todos los de El Palomar, dado que Francisco Sánchez era muy conocido entre ellos, sobre todo, por su disposición siempre a ayudar al prójimo y a colaborar en actos de distinta índole. Precisamente, esta magnanimidad es la que vecinos y representantes de colectivos y hermandades quisieron reconocerle a Francisco proponiendo al Pleno la iniciativa de cambiar la denominación de la calle Río Genil por la de Francisco Sánchez Ligero El Rubio de Trenas. Los distintos grupos políticos con representación municipal se hicieron eco de la propuesta y la aprobaron por unanimidad.

Fueron su viuda, Dolores Parras, y el alcalde de Puente Genil, Manuel Baena, quienes descubrieron el azulejo con el nuevo nombre de la calle. Los cuatro hijos del fallecido, otros familiares, los portavoces políticos de todos los grupos municipales, otros concejales de la Corporación y numerosos vecinos de la aldea y de Puente Genil asistieron al acto.

El alcalde pedáneo, Manuel Avilés, habló en representación de los vecinos de El Palomar recordando el procedimiento seguido para rotular la calle con el nombre de El Rubio de Trenas como "recuerdo imperecedero de su memoria". En nombre de la familia, el hijo mayor, Nicolás Sánchez, se dirigió a los presentes recordando que los once meses transcurridos desde que "un individuo desalmado, de una forma cruel y miserable, le arrebató la vida a mi padre" han sido "duros para mi familia que hace esfuerzos ingentes cada día para sobrellevar una situación que nos ha superado". "La ausencia de mi padre -prosiguió Nicolás- está haciendo especialmente mella en mi madre que, aún hoy, sigue sin encontrar el consuelo necesario para esta desgracia injusta que la sigue atormentando".

El primogénito se mostró esperanzado en que "la Justicia, que tantos sinsabores está dando últimamente en caso como los de nuestra vecina Casta Carrillo o la niña Mariluz, nos ayude a mitigar nuestro dolor aplicando la máxima condena al verdugo de mi padre". Además, desde la familia se exigió "el destierro para el asesino".