Los apicultores de Los Pedroches están viendo, desde esta primavera, que los abejarucos "amenazan día tras día las abejas de sus colmenas", según explicaron ayer. Durante la presente campaña, la preocupación por este asunto se está generalizando en este ámbito agrícola, que ya de por sí se encuentra castigado, como ellos mismos señalan, "por la escasez de lluvias, el adelanto del calor y el desarrollo acusado de plagas como la varroa". La Asociación Apícola de Los Pedroches solicita por ello a la Junta de Andalucía para ayudar a un sector que está proporcionando un beneficio medioambiental fundamental no solo en los sistemas silvestres sino en los agrarios. Son muchos los estudios realizados por la comunidad científica internacional que ponen de relieve la importancia de la polinización de las abejas y lo que supone ésta en la protección de la biodiversidad terrestre así como en la producción agraria de alimentos.

El abejaruco (nombre común con el que se conoce a la especia llamada por los científicos merops apiaster) es un ave migratoria transahariana de vivos colores que llega a la Península Ibérica a últimos de marzo, donde anida y procede a la cría, para luego retornar durante los meses de agosto y septiembre. Se alimenta exclusivamente de insectos y, entre ellos, las abejas melíferas (o sea, las que dan miel) representan entre el 60 y el 70% de su dieta total en el centro y sur peninsular. Este ave se encuentra incluida en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, pero actualmente, según explican los apicultores, "cuenta con escasos depredadores naturales en la Península, especialmente en áreas como la comarca de Los Pedroches, donde la poblaciones de abejarucos se asientan con la garantía de disponer de alimento suficiente para desarrollar la cría con éxito".

Estos factores están causando la preocupación de los apicultores, que están observando "cómo los efectos del cambio climático, y por ende la consecuente falta de precipitaciones, están originando que disminuyan las poblaciones de otros insectos de interés para el abejaruco y éste centre su alimentación en las abejas". Además de mermar las poblaciones de abejas pecoradoras de polen y néctar, suelen tener mucho éxito en la caza de abejas reinas, lo que suele ocasionar la pérdida de nuevas colmenas. Como efecto secundario, los abejarucos atemorizan de tal forma a las abejas que no salen de las colmenas para aprovisionarse de agua, lo que provoca su deshidratación y la subida excesiva de la temperatura interior en dichas colmenas comprometiendo su supervivencia.

La Asociación de Apicultores de Los Pedroches como respuesta al problema, tomó la decisión de poner en conocimiento este hecho a la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Reclaman por ello las reuniones pertinentes con la administración autonómica para que de forma bilateral se afronte el problema y se propicien soluciones factibles tanto para las abejas, los abejarucos y para el propio sector apícola. Según manifiesta esta Asociación, la administración debe tomar responsabilidad sobre este tema de relevancia medioambiental, adoptándose medidas preventivas que compensen a los apicultores.

Recuerda en ese sentido el colectivo que en otras comunidades autónomas, como en Cataluña, se han articulado ayudas para compatibilizar las actividades apícolas con la conservación del abejaruco, teniendo como base al Plan Nacional Apícola (PNA). Dicho Plan para el periodo 2017-2019 describe al abejaruco como una especie con una peligrosa interacción con las colmenas y que el control ecológico de sus efectos sobre las abejas supone la realización de inversiones considerables para los apicultores. La necesidad de preservar la biodiversidad hace recomendable la financiación de estas medidas a través del mencionado Plan Nacional, señala la asociación.