El Campo

Las almazaras alertan de que el repunte de los costes y la sequía hacen "tambalear" su rentabilidad

  • Las empresas se enfrentan a un "gran reto" a la hora de fijar el precio de compra de la aceituna

Una partida de aceitunas recién recogidas.

Una partida de aceitunas recién recogidas. / El Día

Desde la campaña pasada las almazaras están experimentando un incremento en sus costes efectivos de producción. Este incremento de costes motivado fundamentalmente por una subida "sin precedentes" de los recursos energéticos, han afectado como una reacción en cadena a los costes de producción de proveedores de almazaras, provocando una subida de las partidas más significativas de la cuenta de explotación.

Las partidas que más influyen en los costes de producción de una almazara: energía eléctrica, gasoil, materiales auxiliares, transportes, reparación y conservación, hay que sumarle el desembolso en recursos humanos, que este año se verá incrementado por el aumento de las cargas administrativas que supone la nueva Ley de la Cadena para las Almazaras Industriales.

Este incremento, unido a la baja cosecha que se espera para la campaña 2022/2023 a causa de la sequía, "hacen tambalear" la rentabilidad de las almazaras, ha subrayado este jueves Almazaras Federadas de España, con sede en Córdoba.

En la campaña 2021/2022 el coste por kilo de aceituna molturada se incrementó en un 18-20%, mientras que para esta campaña (2022/2023) se estima que la subida será de hasta un 40%. Con estos porcentajes, las almazaras se enfrentan a un "gran reto" a la hora de fijar el precio de compra de las aceituna, ya que tanto el agricultor, como ellos mismos, deben determinar un precio justo para que ambos eslabones de la cadena de producción puedan cubrir los costes efectivos de producción.

Las liquidaciones de los agricultores se han visto favorecidas por una evolución de precios de mercado que ha compensado los costes efectivos de producción incurridos en esta campaña que acaba de finalizar. Pero la rentabilidad del agricultor ha podido variar sustancialmente, según el momento elegido para liquidar su aceituna.

Si un agricultor que entregó la aceituna en noviembre hubiera seguido el criterio aplicado por AICA de cobrar la mercancía a los 30 días de la entrega de la misma, hubiera recibido por la venta de su producto 3,13 euros el kilo de aceite. En cambio, si ese agricultor hubiera decidido determinar el precio de su producto en el día de hoy, hubiera vendido su mercancía por 4,40 euros por kilo de aceite, es decir, 1,27 euros por kilo más que si hubiera liquidado según interpreta AICA.

En general y para esta campaña, cualquier mes hubiera sido para el agricultor más favorable para liquidar su producto que siguiendo los criterios de la AICA, es decir, a los 30 días desde la entrega de la mercancía.

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