Alto Guadiato

Las aguas agrias de Villaharta vuelven a ser reconocidas como minero medicinales

  • El alcalde destaca que supone un "reconocimiento muy importante para el municipio"

Fuente de Malos Pasos II en Villaharta.

Fuente de Malos Pasos II en Villaharta. / El Día

La Secretaría General de Industria y Minas de la Junta de Andalucía acaba de declarar la condición de aguas minero-medicinales de la fuente de Malos Pasos II de Villaharta, tal y como el Ayuntamiento lo había solicitado, lo que supone un “reconocimiento muy importante para el municipio”, como ha destacado el alcalde, Alfonso Expósito (PSOE). 

El primer edil ha recordado que el Consistorio ha llevado a cabo un “largo proceso” hasta conseguir esta declaración, que acerca a la localidad de Sierra Morena a su pasado esplendoroso, cuando llegó a tener incluso un Gran Hotel. Y, a partir de ahora, se permitirá “el aprovechamiento del agua con fines terapéuticos para uso tópico, sauna y cura hidropínica”.

Para alcanzar este logro, el Ayuntamiento ha reunido una “cantidad ingente” de documentación, entre la que destacan dos informes: uno geológico, hidrogeológico, físicoquimico y microbiológico, y el segundo de medicina hidrológica. Ambos demuestran, por un lado, la composición química y ausencia de bacterias y por otro, la idoneidad de las aguas para diferentes afecciones del organismo humano.

A principios del siglo XX, Villaharta se convirtió en meca nacional del turismo de salud por la calidad de sus manantiales ferruginosos, que llegaron a competir con los de Vichy (Francia) o Spa (Bélgica). El reconocimiento de ahora es como un sueño Belle Epoque que se materializa.

La ambición del municipio es grande: "Queremos articular un programa piloto y pionero con el visto bueno de la Consejería de Salud  y bajo la supervisión médica asociado al turismo de salud y que Villaharta vuelva a ponerse en el mapa", subraya el alcalde.

En Villaharta llegó a haber cuatro balnearios, los más populares el de Fuente Agria y el de Santa Elisa, con su Gran Hotel. Se anunciaban en prensa y competían entre sí para quedarse a los clientes enfermizos y achacosos que llegaban desde toda España para tratar enfermedades como la diabetes, las jaquecas o los vértigos, males para los que la Medicina todavía no había encontrado remedios. Toda la localidad llegó a vivir de esto, y el empleo básico consistía en traer y llevar a la gente a la estación o en acercarla a las fuentes.

La historia comienza en 1865, cuando Elías Cervelló y Chinesta, natural de Alborique (Valencia), ayudante facultativo del Cuerpo Nacional de Obras Públicas, llega a la zona como encargado de la construcción de 20 kilómetros de la carretera Granada-Badajoz. El 13 de agosto llega a Villaharta y queda sorprendido por la constante concurrencia de personas a las aguas agrias de los manantiales cercanos.

Unido a la idea de que la carretera podía pasar cerca y de que se estaba construyendo el ferrocarril Córdoba-Belmez con estación en El Vacar, lo hizo pensar. Seis años tardó en poder comprarle las tierras al duque de Alba debido a las reticencias iniciales de este, y en 1876 se inauguró la primera fonda de Fuente Agria, el inicio de un negocio florenciente.

La Exposición Farmacéutica de Madrid de 1882 supuso la presentación en sociedad de estas aguas, y de hecho recibieron la medalla de bronce. Los análisis realizados entonces por varios químicos de la Escuela Nacional de Minas atestiguan que en su composición había ácido carbónico y silúrgico, cloro, bicarbonato sódico, calcio, magnesio, óxido férrico y niveles "muy notables" de potasa.

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