La adecuación de la Aceña de Jauja costará más de 200.000 euros

Construcciones y Contrata Cabello hará la obra que proyecta una playa fluvial en el Genil

Vvista parcial de la Aceña árabe de Jauja, junto a la que se pretende desarrollar la playa.
Vvista parcial de la Aceña árabe de Jauja, junto a la que se pretende desarrollar la playa.
Gema Moreno

lucena, 08 de junio 2015 - 05:01

Mejorar el entorno de la Aceña árabe de Jauja y fomentar así el turismo a la par que evitar las molestas inundaciones que sufría la zona es lo que se pretende ahora con los trabajos que acaban de ser adjudicados. La empresa Construcciones y Contrata Cabello será la encargada de realizar una obra cuyo importe rondará los 203.000 euros y que está subvencionado en un 66% por el Grupo de Desarrollo Rural de la Subbética Cordobesa, con cargo al Programa Leader- A, confinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y la Comunidad Autónoma de Andalucía, previsto en su programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2007-2013, así como por el Ayuntamiento de Lucena.

Según la información a la que ha tenido acceso El Día, se trata de unas actuaciones con las que se proyectará la playa fluvial en el río Genil que atraviesa la aldea lucentina y que supondrá el aumento del atractivo turístico de esta zona gracias al trabajo en más de 2.000 metros cuadrados de superficie, incluida la propia aceña recuperada hace tan sólo unos años. En el proyecto, los jaujeños contemplan la instalación de un chiringuito y una zona de duchas.

Con los trabajos, esta futura playa de interior de Jauja se situará en lo que fue el campo de fútbol, anexo al río Genil y principal perjudicado de los desbordamientos que con las lluvias sufría el río a su paso por esta pedanía de Lucena. Junto a la ruta del bandolerismo, la aldea lucentina de Jauja trata de potenciar el turismo de interior, para ello en 2012 se llevaban a cabo las obras de restauración de la Aceña árabe y del caudal del río Genil. Unos trabajos que tuvieron un coste de 30.000 euros que fue sufragado por la propia Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. De esta manera, desde entonces el turista puede visitar el interior de este espacio histórico del siglo XIV dedicado a moler la harina, con un procedimiento en el que mediante la instalación de ruedas de madera colocadas en posición horizontal, aprovechaba la fuerza del agua al bajar el caudal del río.

Para acceder a la zona, se incluyeron unas pasarelas que facilitan el paseo por el enclave, se limpió el entorno, que en los últimos años se ha destinado a campamentos de verano y a actividades al aire libre.

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