La Virgen de Luna ha llegado en el mediodía de este lunes a Villanueva de Córdoba, tras una noche en su santuario adonde el domingo la trasladaron los hermanos desde Pozoblanco bajo la lluvia. Por contraste, el camino de regreso desde el santuario a la parroquia de San Miguel ha sido en un día soleado, lo que ha permitido que se luciera más la entrada de la patrona al pueblo con las calles engalanadas, los balcones decorados con su imagen y los farolillos de colores en la plaza de España.

El traslado por parte de la hermandad jarota se inició a las 07:30, un camino en el que ha estado acompañada, además de por los hermanos que la han portado en andas con palio, por decenas de vecinos que no han querido dejarla sola. Muchas personas la han recibido a su entrada en las calles del pueblo, donde su primera parada ha sido en el colegio Virgen de Luna, donde los alumnos de quinto y sexto le han cantado la Salve y le han entregado un gran centro floral que, desde ese punto, abría la comitiva con los niños y niñas del citado colegio.

En el Regajito, donde en los años sin restricciones por la pandemia se producía el encuentro entre la Virgen de Luna y San Miguel, patrones de Villanueva de Córdoba, se ha bailado la bandera frente a la imagen. Al paso de la Virgen por la calle Pozoblanco se le han tirado pétalos de rosas a la vez que se iba sumando más gente para acompañarla hasta su entrada a la parroquia.

Ya en la plaza de España, donde ha sido recibida por las autoridades civiles y religiosas, el párroco, Antonio Tejero, le ha impuesto las llaves de los sagrarios de la parroquia de Santa Catalina de Pozoblanco y de San Miguel de Villanueva de Córdoba, momento tras el cual se han lanzado fuegos artificiales y las campanas de la iglesia no cesaban de repicar por la alegría de tener de vuelta a la patrona.

La Virgen de Luna permanecerá en la parroquia de San Miguel hasta el mes de octubre, cuando la imagen retorne a su santuario en La Jara, donde descansará cuatro meses.