El pantano de Sierra Boyera en Belmez custodiaba en su fondo el asentamiento ibérico poblado por túrdulos mejor conservado de todo el Norte de la provincia de Córdoba, como ya avanzó el Día la pasada semana. Ahora, el proyecto Alto Guadiato Arqueológico, en colaboración con Roatán, emprende el análisis del yacimiento donde se combinarán, por primera vez en aguas continentales de la provincia, técnicas de documentación 3D terrestre y subacuática.

En este espacio trabajarán en los próximos días un equipo de la Universidad de Córdoba (UCO) dirigido por Araceli Cristo Ropero, con la coordinación de Antonio Monterroso y Alberto Redondo, para lo que cuentan con el apoyo y autorización de las administraciones.

Justo esta misma semana, los miembros del equipo Roatán se sumergirán en el pantano de Sierra Boyera con el objetivo de documentar este espacio. Se trata de la primera vez que "se cose una realidad terrestre con otra lacuestre en una misma fotogrametría tridimensional", según indicó uno de los coordinadores del proyecto, el arqueólogo Antonio Monterroso. Añadió que esta documentación "es sin duda vanguardista y novedosa, porque debe adaptarse al carácter mixto del yacimiento, parte sobre tierra y parte sobre agua". La documentación terrestre, de la que es responsable Massimo Gasparini, procederá a la redacción de la fotogrametría 3D de los restos emergidos. Mientras tanto, desde el agua, los miembros de Roatán documentarán lo sumergido.

La vertiente subacuática ha sido probada con éxito en Honduras en intervenciones sobre la segunda barrera de coral más importante del mundo. Roatán está constituido por cinco integrantes, además de por el profesor doctor en Ciencias Biológicas Alberto Redondo. Son el instructor-profesor de buceo técnico Vicente Víbora; los biólogos Daniel Ortega y Alejandro Parras y los alumnos Alejandro Roldán y Elena Rodríguez.

El equipo lleva más de un año trabajando para adaptar las técnicas de recreación en 3D de entornos terrestres al medio subacuático. Una de las claves de su trabajo, informó ayer la UCO, consiste en llevar a cabo un buceo técnico que posibilita la obtención de imágenes con la calidad suficiente sin levantar polución del fondo. Además, se trata de un buceo sostenible que permite ser mínimamente intrusivos con el medio.