Subbética

Tarta para celebrar la vacuna 7.000 en el Hospital Infanta Margarita de Cabra

  • Una enfermera de la Unidad de Medicina Preventiva sorprende a sus compañeros con un sabroso dulce para festejar la inoculación de la vacuna número 7.000 en el hospital

Inma Roldán y María José Gómez.

Inma Roldán y María José Gómez. / El Día

El diario de la pandemia mutó en un dietario con las vacunas inyectadas cada 24 horas. Del horror a la recomposición física y mental. Enfermera del Hospital Infanta Margarita de Cabra, Inmaculada Roldán, desde el pasado 30 de diciembre, anota en una libreta, custodiada en la intimidad del hogar, las dosis que se administran en el complejo sanitario de referencia en el área. La incipiente y agitada esperanza del primer número se afianza en venturosa normalidad cuando las cifras están compuestas de cuatro dígitos y rebasan los siete millares.

Imponderables reservados impidieron la celebración imaginada por esta sanitaria al inocularse el vial número 6.000. La siguiente oportunidad, con un número redondo, no se dilataría porque la cadencia de la campaña de inmunización ha adquirido una velocidad adecuada e irrefrenable. “Me espero un poquito más, dentro de otra semana vamos a cumplir”, revela. La proximidad inequívoca de la administración de la vacuna 7.000 aceleró el plan de Inma Roldán y se afanó en elaborar una apetitosa tarta –exquisita, afirman quienes la han degustado- para sorprender a la decena de compañeros que componen la Unidad de Medicina Preventiva. Las velas, con la cifra superada, desvelaron el secreto y facultativos y enfermeros, por obra de Inmaculada Roldán, vivieron una “sorpresa tremenda”, apostilla María José Gómez, cuando las mismas manos que cuidan y apaciguan enfermos y entregan las vacunas de un futuro feliz sostenían una tarta que festeja la introducción de la vacuna número 7.000.

A las dependencias del Hospital Infanta Margarita de Cabra acuden a lograr la protección científica contra el covid-19 tanto profesionales del sector sanitario como grupos esenciales y personas vulnerables. Un promedio equitativo, calibrando días transcurridos y vacunas inyectadas, establece que, desde final de diciembre, jornada a jornada, se proporcionan 65 sueros.

Quienes la conocen, definen a Inmaculada y María José como “realmente encantadoras” y reparan en la simpatía desbordante que transmiten y las sonrisas que extraen a todos los que comparten momentos a su lado.

Episodios “duros y gratos”, describe Inmaculada Roldan, forjan y modelan la convivencia “en equipo”, siempre “con muy buen ambiente”. En las primeras horas del día inicial de junio, sin previo aviso, invitó a los miembros de su área a “entrar y ver la sorpresa, ellos no se lo esperaban que hubiera hecho el cómputo”.

María José Gómez, quien acompaña a Inmaculada en una instantánea que escenifica el desahogo y el optimismo propiciado por las vacunas, indica que “aparte de detallosa, lo lleva todo, siempre pensando en lo que va a hacer”. La única pista irremediable, y desapercibida para María José, asomó al aconsejarle Inmaculada que “no me bajara el desayuno” y, a continuación, “vi la tarta tan bonita y tan buena”.

Un regocijo sólo empañado por los indicios negativos en la evolución de la pandemia dentro del área sanitaria sur de Córdoba. Los 11 puntos de elevación de la tasa, este miércoles suponen el crecimiento más pronunciado de las últimas jornadas y la incidencia acumulada avanza hasta los 136 casos por 100.000 habitantes. Y, la estadística que muestra consecuencias irreparables, vuelve a aumentar con un fallecido más en Lucena, a causa de la pandemia, el deceso 345, en el distrito, desde marzo del pasado año.

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