Los Pedroches

Solia, la ciudad romana de El Guijo que espera a que aflore su gran pasado minero

  • El yacimiento arqueológico de Majadaiglesia es el mejor urbanizado que, hasta la fecha, se conoce en Los Pedroches

El yacimiento arqueológico de Majadaiglesia, en El Guijo.

El yacimiento arqueológico de Majadaiglesia, en El Guijo. / EFE

La ciudad romana de Solia, asentada en el término municipal de El Guijo (Córdoba), cuya grandiosidad se proyecta en un recinto amurallado de tres líneas, espera a que aflore su potencia minera, de la que se conoce más por los sondeos geofísicos que por lo excavado, que deja ya constancia de su gran importancia.

El yacimiento arqueológico de Majadaiglesia se divide en dos zonas, una alta y otra baja, cruzada por la carretera que une El Guijo, que queda a seis kilómetros, y San Benito, una pedanía de Almodóvar del Campo (Ciudad Real).

Arriba se encuentra el cortijo que le da nombre, construido sobre lo que la declaración como Bien de Interés Cultural del lugar, que se realizó en 2010, describe fue antes una construcción de grandes dimensiones dedicada a usos residenciales y ganaderos.

Desde allí salen las instalaciones industriales mineras de una explotación de la que José García Romero dice en su tesis doctoral sobre El papel de la minería y la metalurgia en la Córdoba romana, realizada en el Área de Historia Antigua de la Universidad de Córdoba en 2002, afirma que "es un auténtico complejo de concentración mineral".

A su juicio, "Majadalaiglesia es el yacimiento romano mejor urbanizado que, hasta la fecha, conocemos en Los Pedroches", que disponía de "varios anillos de fortificación, de alcantarillado, de termas, así como una potente estructura de cisternas escalonadas e intercomunicadas, que bien pudieron servir, dada su envergadura y disposición, a un complejo metalúrgico de concentrado de mineral".

El yacimiento que atesora la ciudad romana de Solia. El yacimiento que atesora la ciudad romana de Solia.

El yacimiento que atesora la ciudad romana de Solia. / EFE

El arqueólogo de la Junta de Andalucía Alejandro Ibáñez, que dirigió la puesta en valor de los hallazgos, concreta en el mismo yacimiento que, aparte de las que han aflorado en las excavaciones, han encontrado "una serie de balsas de decantación" gracias al estudio geofísico, que en un artículo publicado en Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada (volumen 22, 2012) por él mismo y los dos autores de la exploración con georradar, José Antonio Peña y Teresa Teixidó, apuestan por que "sea un complejo de la ciudad de Solia donde se daba el tratamiento final de lavado y cribado al mineral traído desde alguna de las minas del entorno, antes de pasar a la fundición".

Las excavaciones sacaron también un acueducto que discurre hacia la confluencia del arroyo de Santa María con el del Figueral y que arranca de pozo seco, con brocal de mampostería, de más de seis metros de profundidad.

El acueducto busca, explicita Alejandro Ibáñez, las termas, la zona más visual de lo que está a la luz del yacimiento y que el visitante, que en la actualidad tiene que contactar con el Ayuntamiento de El Guijo para acceder porque el recinto está cerrado, es lo primero que se encuentra.

Allí se topa con una piscina, que puede ser la de agua fría, según comenta el arqueólogo provincial, o la natatio, la que se ubicaba al aire libre para la natación, con un alto grado de conservación, dos espectaculares escaleras en abanico y un cordón hidráulico que bordea todo el perímetro del fondo, para evitar que la suciedad se concentrase en la conjunción de pared y suelo.

El lugar, apunta, estuvo ocupado desde la prehistoria hasta época cristiana, con la llegada de los musulmanes y, de hecho, uno de los recursos arqueológicos puestos en valor en el último decenio ha sido el baptisterio paleocristiano que se encuentra a nivel del suelo en la sacristía de la Ermita de la Virgen de las Cruces.

Escaleras en abanico de una piscina descubierta en el lugar. Escaleras en abanico de una piscina descubierta en el lugar.

Escaleras en abanico de una piscina descubierta en el lugar. / EFE

El templo está en la zona baja, en su configuración parte del siglo XVII y tiene curiosidades como que el escalón de su puerta contiene una inscripción romana de entre los siglos III y IV de nuestra era.

A unos metros se ha localizado una necrópolis, también sin excavar, y, dentro de las labores que se hicieron para su puesta en valor, se instaló un museo en la rehabilitada casa del sacristán y se construyó un centro de recepción de visitantes, hoy destinado a sala municipal multiusos.

"Es el recurso más importante que tenemos dentro del municipio", dice el alcalde de El Guijo, Jesús Fernández (Ciudadanos Demócratas e Independientes), para quien también "es cierto que está ubicado en un entorno natural donde puede ofrecer muchos recursos".

Una de ellos es encontrarse dentro de la Reserva Starlight de Los Pedroches, cuyo observatorio está sobre la necrópolis, que si se abriese y si se pusiesen en marcha de visitas guiadas, a su juicio, "supondría un importante impulso a nivel turístico y sobre todo de empleo de la localidad".

Se apuesta por que de que lo que se conoce por el nombre de la finca que la alberga, Majadaiglesia, es Solia, refiere Ibañez, "porque hay una inscripción en Villanueva de Córdoba que se conserva en la iglesia parroquial donde se habla de un conflicto entre tres entidades”, que discutían por las lindes territoriales.

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